Carta a mi hija que se va

Carta a mi hija que se va

FAUSTO JÁQUEZ
La tristeza que azota mi alma porque te vas, se alivia con la felicidad de saber que iras siendo. Quiero que te cultives para que en cada cosa que hagas dejes tu estampa ardiendo. Siembra mi amor en tu pecho, para que en ti florezca amor para el mundo y no vivas solo para tu provecho.

Pon en tus días nubes claras cubiertas de paz y sosiego, para que no te abrumen estos tiempos de huidas sin rumbo y de tráfagos ciegos.

Cultívate mi hija, para que dejes de serlo y seas la madre de la ruta de tus sueños.

Anda tu camino, que tú andar no te impida emprender el vuelo, que sea tu sendero la tierra y que tu tope sea el cielo.

Que la verdad sea tu norte, y aunque te ocasione malos momentos, verás que al final brilla por encima del lodo de la duda y el miedo.

Evita las malas compañías que estorben tus días, más no le niegues una sonrisa a cualquiera, expande tu alegría.

Si el día te viene muy duro, descansa, espera el momento oportuno para luchar en abundancia.

Emprende tus proyectos con ánimo con emoción y denuedo, Más si te sientes contrariada por que no te da el tiempo, cultiva la paciencia que no hay más verdad, que después de cada día vendrá un día nuevo.

Procura tu bienestar sin que te envicie el dinero, mantén tu interés en el humano, muchos por perseguir el oro se han convertido gusanos.

Asecha tus buenos momentos, exprímelos y haz de este sumo, de tu alma el alimento.

Levántate cada mañana con el coraje en tu pecho, hínchalo de valor que están los malos al acecho.

Más no descuides buscar los que viven con nobleza, únela con la razón, y tu cuerpo siempre irá detrás de tu corazón. Y si a alguien haz de ayudar no lo dudes ni un instante, que por la luz compartir tu llama no se ha de extinguir. Haz del madero que pretenda ser la cruz de tu calvario, el trampolín que te impulse hasta alcanzar tus metas a diario.

No mires las adversidades como obstáculos, tómalas como oportunidades para despertar tus potencialidades.

Trae con una firme disciplina la ternura para contigo misma, que en las noches sientas remanso y al amanecer descanso.

Y no te olvides de Dios como quiera que lo veas, pues en los momentos aciagos El será tu compañero.

Hija mia, si pudiera con la piel mía reforzar la tuya. Para protegerte, lo haría, pero no puedo, por eso la tienes que fortalecer tu misma y echar a andar tu libertad y carisma.

Te vas mi amor y no puedo, evitar que una lágrima empañe lo que veo, a mi niña caminando sola por lugares que le son nuevos, temo, pero es hora de que levantes el vuelo, cuídate hasta donde creas que sea justo, hasta el justo lugar que no impida el justo vuelo.

Quiero que emprendas ahora el camino, el que te haz propuesto, que luches con fuerza y con todo para que todo sea hecho, y si haz de volver cansada, no importa, «regresa» aquí me tendrás y si ya no estoy encontraras los recuerdos.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas