Carta al Dr. Franklin
Hasbún (Reflexión)

Carta al Dr. Franklin <BR>Hasbún (Reflexión)

Estimado colega: hoy enfrentas un juicio médico-legal, que con razones o no, inició la familia de una gran amiga tuya en tu contra a raíz de su muerte. Nosotros éramos vecinos en la 30 de Marzo en nuestros años mozos, nuestras familias se conocen hace más de 60 años y en el colegio fuimos compañeros, lo que me permite  saber y decir  a boca llena que eras de los más talentosos en todo lo que hacías.

No sin razón ganaste en Filadelfia donde te entrenaste como especialista, el ¨Bisturí de Oro¨ como cirujano prominente. De todo esto, lo triste es que luego de tantos años de ejercicio sabio y honesto de la Medicina, salpiquen el honor de tu vida profesional tan diáfana y tan humanística.

El acto médico es en sí mismo un reto, un desafío al conocimiento y a la responsabilidad ética y moral, fundamentado en la búsqueda de un remedio y en el deseo del Médico de triunfar para la solución del malestar que aqueja al enfermo. Ello convierte la acción de curar en una acción muy especial dentro del campo de las ciencias. No creo yo que ningún  galeno quiera cometer una falta que atente contra la vida de algún paciente.

En la práctica moderna acechan dos grandes tentaciones: la supraespecialización como primera y la dispersión económica por otra parte. La época del médico omnímodo, sacerdotal y superdocto de los siglos pasados es historia, pero debe persistir como base de una práctica confiable que el Médico sea responsable y como imperativo, debe tener las cualidades humanas y de sensibilidad para que como buen artesano se incline serenamente sobre su objetivo para pulirlo y darle cada vez más brillo y que por su capacidad, los errores sean los menos.

El profesional médico tiene el inconveniente de que rinde un servicio de carácter personal,  por la gran autoridad moral que le otorga el paciente al depositar su confianza en él. Sin embargo, ese acto de dedicación y esfuerzo intelectual es evidente que sigue subvaluado.

Pero ese profesional, que en su mayoría es un hombre universal, con condiciones morales, vocacionales e intelectuales muy por encima del promedio de otras áreas  del saber, también tiene su parte humana, cometemos errores como todo terráqueo,  pero  nunca pensar que son premeditados. La crisis moral y económica del mundo ha generado una variante en la deontología profesional, no se puede negar. Entendemos se le exige al médico, quizás más que a cualquier profesional: preparación, actualización, comedimiento, apariencia y dedicación hacia el enfermo, la prestación de un servicio casi apostólico.

Pero por encima de todo, somos de la creencia que aun ante la crudeza de un mundo que se torna cada vez más indiferente e indolente social y económicamente, siempre prima el compromiso de un ejercicio médico, ético, inteligente, ecuánime, sensible, comprometido y sobre todo responsable y mesurado. Yo espero que el juez que te toque lea este ¨conversatorio¨, para que sopese que cuarenta años de ejercicio diáfano de la Medicina no pueden ser tirados por la borda. Penosamente estas ¨modernas¨  y veleidosas demandas y peor las hechas por personas cercanas, variarán el ejercicio médico. Nos pondremos como en Estados Unidos,  donde no hay pacientes amigos, solo hay indolentes y fríos números de récord, ¡qué pena¡ Con afectos…

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