Hoy 
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Felicitaciones por su histórica victoria en las primarias del Partido Demócrata. Concitó en sus compatriotas el deseo de volver a los principios fundamentales de la democracia norteamericana, que últimamente se han visto opacados por una fobia guerrerista que ha empañado la imagen de su admirado pueblo. Quizás sea usted el elegido del Destino para enderezar las cosas en su país, pues le sobran los antecedentes para cumplir con esta misión. Por un lado tiene en su sangre los genes que les dieron origen a los primeros humanoides, mezclado con los de raza que ha dominado el mundo moderno. Por parte de su padre, tienen los de su estirpe la esperanza de que quizás ha llegado el momento de lograr la ansiada igualdad que le ha sido negada por tantos años, sea por razones culturales o económicas, en el país considerado el más democrático de todos. Por su madre, lleva en su sangre un vínculo con los que explotaron y se enriquecieron a costa del trabajo y el martirio de los que fueron secuestrados de las costas africanas.
Usted es mulato como los que habitamos en estas tierras al sur de su país. Hemos sido igualmente víctimas de las políticas colonialistas de los que han gobernado a su país, en gran parte el resultado del maridaje entre Big Business y los burócratas de Washington, que usted ha prometido erradicar. Sin duda alguna que para lograr esta hazaña será necesario mucho coraje y solidaridad de la ciudadanía, pues es de esperarse que el Establishment haga todo lo que esté a su alcance para que fracase.
América Latina y el mundo esperan que usted y los demócratas logren la presidencia de su país para iniciar un nuevo período de acercamiento y entendimiento entre nuestros pueblos y el país más poderoso del mundo. Detrás de este deseo se encuentra el legado de las presidencias de Franklin Roosevelt, John Kennedy y Bill Clinton. En lo que concierne a nuestro continente, esperamos una mayor comprensión hacia Cuba, Venezuela y otros países hermanos.
