Esta carta cerró un periodo transcurrido entre el día 30 de julio y el 22 septiembre de 1993, fecha en que asistía al Palacio para una reunión con el señor Presidente, que era rutinaria.
Percibí que puso buen ánimo y atención a todo lo que tratamos, pero al final ya saliendo del despacho presidencial me expresó: «He puesto atención a todos sus reclamos» (dijo enfáticamente) … le manifesté con asombro: Así es señor Presidente, nosotros no tenemos queja, siempre hemos tenido su apoyo y atención; no obstante el Presidente puntualizó: Está bien, pero es bueno recordarlo.
Salimos del despacho y escribí la carta que adjunto, con fecha 30 de julio de 1993, donde le expresé: «Que pedirle algo a él no tenía sentido porque él lo ha dado todo para que los dominicanos podamos disfrutar de un clima de paz y progreso»; el apoyo económico es vital para una obra tan grande; pero hay otras cosas tan importantes como son su aliento, apoyo y orientación, por esos motivos le ruego que obre positivamente y permita que se adelanten los procedimientos que puedan establecer sus condiciones físicas, para consolidar una obra de tanta trascendencia como la que está realizando.
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A esa comunicación le dimos seguimiento e incluso al otro día que remitiéramos ese texto, el Presidente fue trasladado al Cedar Hospital en Miami, donde se celebraron incluso algunas reuniones de trabajo. Recordamos legisladores presididos por José Osvaldo Leger que estuvieron alrededor de su hospitalización planteando propuestas para solucionar una crisis legislativa que existía en nuestro país, y que mantuvo al país en vilo durante un mes.
La carta final con las puntualizaciones del señor Presidente reiteraba: La firmeza de llevar a cabo, pese a todos los obstáculos su disposición de servicio en favor de los intereses del pueblo dominicano.
Arq. Rafael Tomás Hernández
Santo Domingo, D. N.
30 de julio de 1993
Señor
Dr. Joaquín Balaguer,
Honorable Presidente de la República,
Su Despacho,
CUIDAD.-
Respetado Señor Presidente:
Distinguido Amigo:
Le saludo con el aprecio de siempre, para expresarle mis deseos de que su salud sea buena y que su vida tenga bienestar.
Pedirle a usted algo no tiene sentido, porque usted lo ha dado todo para que los dominicanos podamos disfrutar un clima de paz y de progreso.
Recientemente usted me expresó que me había dado todo lo solicitado para el Parque Mirador del Norte, lo que contesté afirmativamente. El apoyo económico es vital para una obra tan grande, solo hay una cosa más importante, y ello es su aliento, su apoyo, y su orientación. Por esa razón le pido a Dios por su buena salud, y le ruego su buena disposición para que permita que todo el caudal de buenas intenciones obre positivamente, y podamos contar con su presencia tranquilizadora hasta consolidar una obra tan trascendente como la que usted está realizando.
Con la mayor consideración y estima, le saluda, Su amigo y servidor,
Arq. Rafael Tomás Hernández R.
Santo Domingo, D.N.
22 de Sept. de 1993.
Arquitecto Rafael Tomás Hernández R.
CUIDAD.-
Distinguido amigo:
Agradezco profundamente los conceptos emitidos en su comunicación de fecha 30 de julio de 1993, y le reitero la firmeza del suscrito de llevar a cabo, pese a todos los obstáculos que puedan presentarse en un futuro próximo, nuestra disposición de servicio en favor de los intereses permanentes del pueblo dominicano.
Le reitera las gracias y le saluda con la mayor consideración,
Joaquín Balaguer