Carta especial a Lucía, María y Josefina…

Carta especial a Lucía, María y Josefina…

POR ARIEL RODRÍGUEZ G.
Hola, estimadas Lucía, María y Josefina. No sé si escribirles como hombre o como médico; como hombre debo reconocer que puedo caer en debilidades, pues somos hijos de la carne y nuestro comportamiento es animal. Así es que prefiero escribirles como médico y utilizar mi experiencia de hombre para ver si puedo llegar directo hasta sus corazones.

Como sabrán, además de partero, soy médico especializado en enfermedades que afectan a la mujer, y les confieso me siento muy preocupado por las cosas que estoy viviendo en estos últimos años con respecto a ustedes las adolescentes. No importa cómo me juzguen ustedes ahora, ya que sólo deseo llevarles este mensaje para que lo analicen, y lo tengan presente al momento de tomar cualquier decisión o acción.

Estamos viviendo en un mundo globalizado, y esto es bueno y es malo. Estamos siendo invadidos por culturas de otras naciones donde los valores espirituales, sociales, morales y éticos son una porquería con respecto a tener dinero y punto. Las naciones quieren sobrevivir, los gobiernos sólo quieren mantener su estatus, los padres viven muy ocupados con tres trabajos, las madres tienen que producir para mantener la economía del hogar. ¿Y los hijos? Bien gracias.

El sexo también se está globalizado, y ya no es importante mantenerse virgen, eso es una pariguayada.

¿Llegar al matrimonio virgen? ¿Estás loca?  No es importante la edad que se tenga para comenzar a tener relaciones sexuales; se puede cambiar de un hombre a otro; los condones son muy incómodos, no se siente igual; bueno, estas son las cosas que escuchamos y de eso quiero hablarles.

Dentro de 10 o 15 años vamos a tener a toda una generación de mujeres muy enfermas de todo tipo de problemas de índole sexual, que quizás se convierta en un problema de salud pública. Tendrán cáncer de cuello de útero en un porcentaje altísimo. Les digo esto, porque ya estamos viendo en adolescentes enfermedades pre-malignas por iniciar sus relaciones a tan temprana edad.

En poco tiempo habrá una generación de jóvenes infértiles, que jamás podrán tener hijos, pues estamos tratando ya a muchas adolescentes con infecciones pélvicas de importancia.

Dentro de varios años tendremos a toda una generación de mujeres con enfermedades de transmisión sexual, incluyendo el SIDA, con números alarmantes; debido al “bonche”, la playa, los tragos, los amigos y el baile.

Y ustedes, jóvenes adolescentes, se están dejando llevar por esa corriente de excitación y no están pensando bien todo lo que viene detrás.

Escuchen esto, cuando una niña comienza a tener relaciones sexuales entre los 12 y los 14 años de edad, como está ocurriendo hoy con un número importante de ustedes, a la edad de 21 ya habrá tenido por lo menos tres compañeros sexuales, y eso es terrible, es el principal problema de transmisión de enfermedades sexuales. Algunas se habrán practicado uno o dos abortos; otras terminarán mujeres destruidas por razones amorosas, frígidas, inapetentes sexuales, indiferentes por la vida, y sufrirán de fuertes depresiones y otras consecuencias.

Niñas adolescentes de hoy, ustedes son las futuras mujeres enfermas del mañana, de cáncer, infertilidad, infecciones pélvicas incurables, infecciones vaginales a repetición, SIDA, herpes genital, condilomas, frigidez, insatisfacción sexual, depresión y suicidio.  Todo aquello que supuestamente están disfrutando hoy, serán las causas de tus males del mañana.

No les estoy diciendo que se metan en las cuatro paredes de la casa; no les estoy diciendo que se conviertan al Evangelio (que deberían); no les estoy diciendo que no se enamoren, o que les cojan odio a los hombres, o que crean que nosotros los hombres somos el demonio que las enferma.

Sólo quiero decirles que cuiden su cuerpo (templo del Espíritu Santo de Dios), que no se dejen utilizar como instrumento de placer sexual. Su cuerpo es suyo, quiéranlo. No lo entreguen al mejor postor, dense el tiempo de pensar bien sobre el futuro. Diviértanse… y en su oportunidad, regalen una manzana a la persona que verdaderamente la merezca.

—–
Ariel Rodríguez es médico gineco-obstetra.
(Extraido del semanario católico Camino).

Publicaciones Relacionadas

Más leídas