Carta a Ligia: de una abuela a la otra

Carta a Ligia: de una abuela a la otra

Hoy naciste…Me has hecho abuela para darme días y noches de primor. Seguiré tus pasos. Me contagiaré con tu alborozo. Te oiré llorar y secaré tus lágrimas con canciones, con mimos y arrumacos. Tu deseo de dormir se acurrucará en mis brazos, y yo cantando… soñarás mecido por las estrellas. Por la luz del cielo haciéndote crecer con la paz que transmite haber nacido dentro del amor de una familia. Sí, porque inventaré canciones, cuentos y poemas y todo lo que te pueda hacer feliz, como lo hice con tu padre. Seré como quieras que sea para ti. Te complaceré en lo que quieras. Seré una abuela que pondrá en tus manitas todo lo que me pidas. Así sabrás como somos las abuelas consentidoras y amorosas…. Ligia Minaya, Cartas a mi nieto.

Querida Ligia:

Esta es la segunda carta que te escribo. La primera la hice hace más de una década, cuando me enteré que habías quemado las naves y alzado vuelo hacia Denver. Tu nieto había nacido y querías estar ahí para disfrutarlo en todas sus etapas. Vendiste lo que tenías, partiste tan solo con algunos enseres y muchas ilusiones: “He vuelto para quedarme. Para disfrutar de ti. Para saborear tu aliento, para saber lo que miran tus ojos. Para lo que quieras decir con el murmullo de tus palabras cancioneras. Para que vuelvas a mis brazos con tu sonrisa limpia, con tus manitas suaves.” (Carta de junio 2002)

Decidí escribirte una carta, porque, como dijiste en tu puesta en circulación, como mujer de la “vieja guardia”, adoras este medio para comunicar tus ideas y sentimientos a tus amigos y familiares. Es como un diario espontáneo, en el que te desnudas en cada una de tus palabras. Yo también adoro las cartas, por eso decidí hacer este Encuentro en forma de misiva.

¿Sabes Ligia? Yo también estoy disfrutando del maravilloso mundo de las abuelas. Ya tengo dos nietos. El primero es un jovencito de casi 9 años. Es un niño inteligente, estudioso y curioso. Pregunta todo lo que no entiende. El segundo es un cascabel que baila hasta el himno nacional y cuya sonrisa llena todo el ambiente.

Como tú, yo también estoy preocupada por el futuro de mis nietos. Y deseo, al igual que expresaste a lo largo del pequeño libro, quiero que ellos, como tu hermoso nieto, se conviertan en adultos responsables, que actúen con decencia, honrados, trabajadores y cumplidores de sus deberes. ¿Sabes lo más extraño Ligia?, amiga querida. Lo extraño es que ninguna de las dos queremos grandes cosas para ellos. ¿Será que después de tantas utopías desgarradas, de tantas caídas en nuestras vidas, ahora somos más realistas? ¿Será que para ellos nuestros sueños no tienen los mismos significados? Tu carta del 17 de octubre 2008, cuando tu querido nieto cumplió 7 años, retrata todo esto que te hablo: “A partir de hoy te hablaré con criterios y opiniones de otras cosas. Abriré ante ti mis respuestas para que me digas lo que crees, lo que te gusta y lo que no quieres. Te diré qué puede ser bueno y el mal que te cause problemas. Te contaré también hasta con ejemplos, lo que te ayudará a tener actuaciones correctas y las malas obras que te encaminarán a vivir con frustraciones.” (Carta del 17 de octubre 2008)

Me encantó cómo explicas a tu pequeño el concepto del tiempo: pasado, presente y futuro. El primero “es un recuerdo que vive en la memoria”. El segundo, le afirmas a tu querido Vantroi Camilo, “se vive día a día”. Y el tercero “es lo que queda por venir, lo que deseas hacer, y aún así, ese camino llevará raíces del pasado que no serán otras que el presente que hoy vives… Entonces te diré: no importa lo que hagas, lo que quieras, lo importante es que lo hagas bien.”

Amiga, amiga, amiga querida, te digo que estas 21 cartas de puro amor parecería que las escribí yo. Cada línea, cada frase, cada idea, cada sentimiento los asumo como si fueran míos, como si nuestros corazones se hubiesen conectado, y juntas las escribimos. ¿Acaso será que todos los abuelos del mundo tenemos esos mismos sentimientos y esas mismas ansiedades?

Me encantó cómo abordaste los problemas sociales, los peligros que tendrá, que tendrán que afrontar en la vida, Vantroi Camilo y todos los niños del mundo que abren sus ojos y sus corazones a la vida.

Lo importante es, como bien dices, que nosotros solo podremos acompañarlos, estar con ellos cuando yerren. Celebraremos sus triunfos, y lloraremos en sus derrotas. Porque, como bien dices, es difícil vivir sus vidas. Ellos aprenderán de sus propios errores. No podemos vivir por ellos.

Aprendí que lo importante es entender que nuestros hijos y sus hijos se harán adultos y ellos mismos vivirán sus propias vidas, harán falsas elecciones, como las hicimos tú y yo en nuestros momentos, y nosotras estaremos ahí para abrazarlos.

Gracias Ligia por seguir siendo una joven mujer. Eres una inspiración. Eres la personificación de que la juventud está en el corazón, que el cuerpo podrá envejecer, pero mientras tengamos sueños y proyectos, nuestra alma mantendrá la frescura juvenil.

Gracias Buela Ligia por abrirnos tus emociones, tu corazón, tus inquietudes y preocupaciones. “Buela Ligia, como me llamas, te desea que tu vida sea un espacio en el que puedas caminar con tranquilidad. Que la paz te acompañe, amor de mi vida”. (Carta del 25 de diciembre 2013)

No cambies nunca tu espontaneidad y tu sonrisa. Te reitero mi amistad.

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