Mientras se celebraba la XXVIII Cumbre Iberoamericana en nuestra capital, más de cien ecologistas de todo el país debatían el último borrador de la propuesta de Ley de Agua.
En ese proyecto, se consigna el llamado Derecho Real Administrativo sobre el agua, que otorgaría la privatización del recurso a particulares durante 40 años.
La propuesta se basa en que se necesitan miles de millones de dólares para reorganizar el sector, abastecer a una población en crecimiento y satisfacer la demanda de producción de alimentos. Sin embargo, no se aborda en ningún momento la extracción de arena de los ríos, una de las causas de su desaparición y que es amenaza de otras fuentes fluviales.
El borrador, plantea la creación de una “Autoridad Nacional del Agua” en sustitución de las entidades que históricamente han gestionado el recurso.
Puede leer: Mujeres, agua y consumidores
Durante los días de la Cumbre, los incendios forestales en los nacimientos de los principales ríos, la tala y el tránsito de madera de los bosques y las protestas en contra de la minería extractiva, que es la mayor consumidora de agua, no fueron temas de importancia para las autoridades.
Más de diez comunidades han denunciado actividades criminales en contra del medio ambiente. Un ejemplo es la denuncia del Grupo Jaragua sobre un proyecto turístico ilegal y sin permiso ambiental en Pedernales, donde se han talado miles de kilómetros de manglares en un área protegida.
En esa zona, que se llama “Bocán Yé”, no solo se destruyen manglares, sino también una fauna única que sustenta la vida y la actividad económica local. La denuncia añade que, además de la destrucción de los manglares, se ha levantado una empalizada de miles de kilómetros, a pesar de que esta destrucción es del conocimiento de las autoridades del Ministerio de Medio Ambiente.
Mientras se desarrollaba la Cumbre Iberoamericana, donde se originó la Carta Medioambiental Iberoamericana, circularon en las redes denuncias acompañadas de videos documentales de lugares totalmente deforestados donde nacen varios ríos. Tal es el caso del nacimiento del Yaque del Sur, completamente seco, y el del río Yuna, cuyas tierras y cuencas han sido utilizadas para cabañas, agricultura y ganadería.
Son preocupantes también los daños que se están provocando en los manglares de la Laguna Saladilla en la provincia de Montecristi.
La destrucción del Yuna podría provocar hambre y sed en una gran parte de la población, ya que este río es vital para la producción de alimentos en las principales provincias del centro del país, incluyendo la preservación de la biodiversidad de la Bahía de Samaná.
No hay espacio suficiente para mencionar todos los lugares donde se producen los incendios, incluyendo los que se originaron durante la Cumbre, pero el periódico Diario Libre publicó un mapa de la NASA que mostraba los focos de fuego en toda la isla. ¡Es alarmante!
Proteger las cuencas y defender el agua como el principal activo del país, sin privatizar este bien público, debe ser la prioridad absoluta. Sin agua, no habrá turismo, alimentos ni vida.
La Carta Medioambiental Iberoamericana representa una oportunidad para abordar estos problemas y buscar soluciones sostenibles. La colaboración entre las autoridades y la sociedad es fundamental para preservar nuestros recursos hídricos y garantizar un futuro próspero y sostenible para todos.