Carta pública de Nelson Marte al vocero de la Presidencia

Carta pública de Nelson Marte al vocero de la Presidencia

Nelson Marte, archivo

Nelson Marte, ex vocero del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), envió hoy una carta pública a Roberto Rodríguez Marchena, vocero de la Presidencia, donde lo felicita por el informe presentado la semana pasada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO),sobre el rendimiento de la educación básica en el país .

A continuación texto integro de la carta

Señor

Don Roberto Rodríguez-Marchena

Director General de Información, Prensa y Publicidad de la Presidencia.

Distinguido don:

En el día de hoy la prensa nacional recoge un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), dado a conocer la pasada semana, según el cual  “De un grupo de 15 países, República Dominicana obtuvo el peor puntaje, por debajo del promedio regional en seis de las siete pruebas aplicadas a estudiantes de tercer y sexto curso de la educación primaria en lectura, escritura, matemáticas y ciencias”.

La pasada semana, el ministro de Planificación y Economía de su gobierno, don Temístocles Montás, quizás en un gesto que enaltece sus fibras patrióticas, dio a conocer aspectos del informe 2015 del Foro Económico Mundial,  reportando que nuestra querida y defendida patria ocupa el lugar 146 de 148 países evaluados, en cuanto a mala calidad de la educación.

Pese a esos catastróficos datos de la realidad educativa nacional, y mucho otros que por economía de su valioso tiempo no le cito, usted, señor Ministro, ha tenido la extraordinaria capacidad de construir en la percepción de la opinión pública, que el presidente Danilo Medina y su gobierno están ejecutando una “Revolución educativa”, y que la educación es el área de su mejor desempeño.

Si, dados los datos del Foro Económico Mundial y de la Unesco, dos acreditadas y reconocidas entidades, en todo el Planeta         -libres de toda sospecha de oposición al continuismo de vuestro grupo-l le informan al mundo que en el catastrófico desempeño educativo es que el gobierno del presidente Danilo Medina lo ha hecho mejor, es tiempo de que el pueblo invoque a Lo Alto y, de hinojos, le pida a Dios que se apiade de su rebaño dominicano.

(Si no me estuviera dirigiendo a una autoridad de tan alta investidura como la que usted ostenta, en vez de la invocación a Lo Alto, le habría escrito que con esos resultados habría que cerrar el país y al último que salga que apague la luz, sin en ese momento hay, o si los delincuentes que tienen secuestrado el país no se hubieran robado el bombillo).

Algunos adversarios dirán de regateros que esa hazaña comunicacional suya de convertir una catástrofe educativa en una “Revolución educativa”, no se debe a su genialidad o a sus aptitudes.

!Y así quien no?, preguntan de maliciosos, y citan los más de 7 mil millones de pesos de que usted dispone, «de lo que la gente paga de impuestos», remachan, para hacerle propaganda política al Presidente. Ah, bellacos, que son.

Y de envidiosos de su talento, de su enjundia, mencionan también  a los más de 3 mil comunicadores al servicio del gobierno del PLD, que de mil formas imaginable  inundan las columnas periodísticas, los comentarios en la radio y la TV, las bocinas digitales.

Y, agregan, los más efectivos son, y en eso le sacan su comida aparte, los que en los medios comunicación social, confunden a la gente redactando títulos y notas como si fueran despachos periodísticos objetivos, cuando en realidad replican las líneas que usted baja.

Quizás sean exageraciones de gente que lo envidia, don Marchena, y fíjese el respeto y la admiración con que lo trato, no se vaya a decir de mi, pues lo que soy yo, lo felicito y lo reconozcoY para que vea usted la sinceridad de mi admiración por su trabajo, le aseguro y confieso ante Dios y los hombres, que si en vez de a Joseph Goebbels, Hitler hubiera contado con un propagandista capaz de convertir una catástrofe educativa en una “Revolución Educativa”, aunque se hubieran juntado todos los ejércitos del mundo, el Tercer Reich  no habría sido derrotado en la Segunda Guerra Mundial, y el pobre Hitler no habría tenido que suicidarse junto a su Eva Braun, otros familiares y colaboradores.

 

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