Cartas

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Pide justicia
Señor director:

Muy cortésmente, me dirijo a usted, con el corazón destrozado, para expresarle mi pesar por la falta de interés de parte del Departamento de Investigaciones Criminales de la Policía Nacional en el caso del asesinato de mi hijo Reynaldo Antonio Reyes Vidal, ocurrido el 11 de septiembre del 2005, en la avenida V Centenario, próximo a Las Américas.

En varias ocasiones me he dirigido al Palacio de la Policía Nacional, a fin de que se esclarezca el caso y aparezcan los asesinos de mi hijo, y no he tenido respuesta alguna, quedando así mi alma partida por no lograr aún la justicia que merecen los autores de la vil muerte de mi Reynaldo.

Según tengo entendido, existen algunos indicios que acusan a varias personas, ya que en realidad la investigación fue abierta, pero de la noche a la mañana el caso quedó sólo en “indicios”.

La impotencia se apodera cada día de mi, la intranquilidad ha llegado a mi hogar y mi salud se deteriora cada día más. La pérdida de un hijo no tiene nombre alguno, y el dolor nunca cesa, y más si fue en circunstancias deplorables e injustas. Tengo la confianza en el Todopoderoso, en la justicia dominicana, y en gente como usted que dan la mano para que se haga justicia en el país y en cada ciudadano, en que los asesinos de mi hijo aparecerán y pagarán por su hecho.

Y espero que el jefe de la Policía Nacional, el mayor general Bernardo Santana Páez, en su buena disposición de erradicar la delincuencia en el país, ordene una investigación sumamente profunda sobre este caso, pues mi hijo era un hombre de bien, sin problemas judiciales, de familia humilde y decente. Agradeciendo con el alma, de antemano su colaboración, la de su equipo de producción y de investigación, se despide.

Atentamente,
Mirtalina Vidal Pérez,
Madre del occiso.

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Preocupante
Señor director:

La situación de la UASD es preocupante, porque lo poco estudiantes ricos que hay pueden irse a universidades privadas, lo mismo no pueden hacer la mayoría que son pobres e incluyo a mis hijos. En esa universidad siempre han incidido los grupos partidistas y por ende los politiqueros, desordenes por idiosincrasias. Después de los 12 años del doctor Joaquín Balaguer el desorden se redujo a su mínima expresión, pero por lo visto vuelve el protagonismo de los anarquistas y a muchísimos nos duele, pues sabemos que los únicos afectados serán los estudiantes, que sólo en este país aún son comparados con el huevo.

Muchísimos estudiantes no trabajan y los padres y madres estamos preocupadísimos, particularmente tengo dos. El varón entró a la UASD con facilidad, pero cuando le toco a la hembra fue grande mi odisea para convencerla. Las discusiones eran frecuentes, y argumentaba que se perdía mucho tiempo. Le rispotaba: la UASD no es la de ante y los estudiantes no pasaran las visitudes que pasamos los de antaño. Le recordé la gestión anterior sin conflictos relevantes.

Pienso que la importancia de muchos padres es idéntica a la mía y están escuchando a sus hijos reiterar lo mismo que mi hija: “tu ve mami te lo dije”. Eso es fuerte, porque no puedo pagar universidad privada a dos, esto así porque también el varón está desencantado. No trabajan y los empleos públicos y privados están “como muela de gallo”.

En la gestión del licenciado Roberto Reyna los conflictos son crecientes y creo perdió el respeto de sus subalternos, porque ante de ser rector se puso a ofrecer lo que sabia no podría cumplir. Peor aún dejó que los politiqueros sacaran la cabeza, como si ignorara que a esos malignos hay que mantenerlos a raya, pues hacen fracasar cualquier gestión. El pasado proceso eleccionario de la FED fue bochornoso, pero no hubo sanción, luego un grupo de estudiantes se quejaron en calzoncillos y mucho creemos que fueron amonestados por las protestas de quienes no habíamos visto una queja estudiantil casi exhibicionista. Ahora hay una huelga y los promotores pueden chocar con el iceberg, porque el gobierno tiene millones para remodelar la UASD, pero no “tiene” para mejorar el salario, a quienes probablemente tendrán que conformarse “con bacinilla de oro para orinar sangre”.

Más sin embargo es conveniente que autoridades del gobierno y los sectores de la universidad dialoguen, en aras de salvar el semestre a los estudiantes, y olviden el verano porque ya colapso, a menos que piensen chamuscarlo como el semestre. Ojalá sepulten las huelgas para siempre, pues es justo ya quitarles a los educandos el mote de huevo, que nunca debimos darle a los actores estelares de ese proceso grandioso enseñanza, aprendizaje.

Atentamente,
Teresa Gómez.

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