Cartas

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De Gómez Pieterz
Señor director
La prensa diaria del lunes 20 del corriente mes, con variados titulares, nos trae la muy preocupante información de que el Presidente Fernández ha decidido exponer la llamada Bahía de las Aguilas al negocio hotelero. Uno de esos titulares reza: “LF acepta se construyan hoteles Bahía de las Aguilas”, con el subtítulo: “El grupo francés Mogador levantaría varios hoteles ecológicos”. El texto de la información, en su primer párrafo dice textualmente: París, Francia. Por considerar que se trata de una iniciativa de “gran envergadura, que cuenta con un plan maestro y que ya tiene un estudio de impacto ecológico”, el presidente Leonel Fernández abrió las puertas de Bahía de las Aguilas al grupo Mogador que proyecta construir un circuito de cuatro hoteles en esa zona por un monto de US$600 millones. (sic).

El “proyecto”, señor director, ofrece tanta tela que cortar, que ensucia y embota la tijera; comenzando por el hecho de que su real envergadura consiste en estar ubicado en el entorno de una zona protegida que ha sido declarada Patrimonio Ecológico de la Humanidad”, que ni un referéndum plebiscitario podría legítimamente derogar y menos aún una investidura transitoria. Esta apertura a la particularista codicia hotelera podría ser de hecho una estéril declaración de guerra al ecologismo universal, cuya ética es cada vez más robusta, y su activismo más global y perentorio.

Al asumir personalmente el apoyo a este proyecto inviable el Presidente lo convierte en “su proyecto” y expone voluntariamente su responsabilidad y prestigio a la eventualidad del fracaso. Los miembros de su gabinete y sus asesores si actuaron, lo han hecho como simples “siseñores” complacientes.

Para alguien familiarizado con la estructura y la lógica de un buen proyecto rentable, saltaría a la vista la inconsistencia y la debilidad de uno que como el presente, apunta en la dirección de un jugoso negocio de bienes raíces disfrazado de turismo ecológico.

Según lo publicado, el consorcio favorecido construiría cuatro “hoteles ecológicos” de 60 a 70 habitaciones, con una inversión de US$600 millones, la cual generaría 1,000 (mil) empleos directos. Es como para morirse de risa. Para que un hotel de 70 habitaciones resultase rentable debería ser ocupado permanentemente por multibillonarios locos que odien la tacañería y además no teman ser timados. ¡Señor director!, estamos hablando de un proyecto hotelero que para crear un puesto de trabajo debe invertir la friolera de US$600,000 (seiscientos mil dólares) y aún resultar rentable. Es el cuento infantil de Alicia en el País de las Maravillas, cuya fantasía se amplíase mágicamente en su versión RD Siglo 21.

Atentamente,
Manuel E. Gómez Pieterz
 

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