Cartas

Cartas

Tabaco
Señor director:

Nos llena de satisfacción y agradecemos su editorial de fecha 10 de abril de los corrientes, bajo el título “Una idea”.

Que el tema tabaco comience a aparecer de forma espontánea en un diario tan prestigioso como el periódico Hoy, nos llena de orgullo esperanzador, porque la cuestión tabaco parece como si la sociedad moderna lo hubiese elegido como contenido vedado.

Para la República Dominicana, este renglón ha escrito muchas páginas de gloria en la historiografía dominicana y las economías de pobladas regiones del Cibao dependen del mismo, de manera vital.

La nueva realidad de los mercados mundiales desafía toda la economía dominicana y le demanda cada vez mayores niveles de competitividad, y muchos renglones parecen no mostrar.

El tabaco y toda su cadena productiva es, sin lugar a dudas, el producto junto a sus derivados que muestra mayor fortaleza competitiva en los mercados mundiales. Pero la sociedad dominicana parece no saberlo.

Compartimos mercados con empresas propiedad del Estado cubano, tan fuertes en materia de tabaco como son sus propios “habanos” (a propósito “habanos” es una denominación de origen registrada para uso exclusivo de Cuba que debemos tener mucho cuidado en usarla, sobretodo si nos estamos refiriendo a los cigarros dominicanos); la presencia de Cuba en el gran mercado europeo data desde 1763 y nosotros apenas tenemos unos 25 años.

Qué alegría nos da su editorial “Una idea” porque trae al debate el tema tabaco con toda la cultura centenaria que arrastra.

Un renglón que produce más de 300 millones de dólares al año, con potencialidades de crecer hasta donde queramos llevarlo, no es como para que la sociedad lo ignore. Lo que más le concede fortaleza en estos momentos a nuestro tabaco y sus cigarros, es precisamente la procedencia dominicana, pero sus cualidades excepcionales debe ser de conocimiento colectivo par ser convertido este “saber hacer” en una denominación de origen.

Lo que expone en “Una idea” respeto a la posibilidad de aprovechar económicamente los productos de una incautación de cigarros falsificados, nos entra en el conflicto de cómo legitimar el producto de una ilegalidad.

¿Cómo justificar ante los sectores que se sienten agraciados, que estos cigarros que les fueron confiscados se conviertan en una fuente de recursos para el presupuesto del INTABACO?.

No crearía una distorsión que tendería a descalificarnos ante los violadores de la ley el que los cigarros confiscados sean vendidos bajo el alegato de generar recursos para el Intabaco?

La práctica de nuestro país ha sido la destrucción de productos falsificados y de otros que sin ser falsificados está penado su uso y su comercialización por las leyes dominicanas. Quizás podría aceptarse como bueno y válido el que inmuebles, muebles y equipos de falsificadores puedan ser utilizados a favor del sector tabacalero.

Qué bueno que el buen nombre del cigarro dominicano y su defensa haya entrado en el debate nacional.

Gracias señor director. Enhorabuena.

Con sentimientos de consideración y estima queda de usted.

Atentamente,
Ing. Agrón. Adalberto Rosa

Publicaciones Relacionadas

Más leídas