Cartas

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Lección política
Señor director:

Los resultados de las pasadas elecciones congresuales y municipales de la República Dominicana donde participaron las agrupaciones políticas mayoritarias: Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), es una gran lección que jamás deben olvidar los principales dirigentes de ambas organizaciones con miras a los futuros comicios presidenciales a celebrarse el 16 de mayo del 2008.

El alto índice de abstenciones por parte de los votantes en las contiendas congresuales y municipales electorales recién pasada, es una muestra de lo inconforme que están la gran mayoría de las personas con relación a las acciones desleales que han venido demostrando los dirigentes políticos en los últimos tiempos con relación a sus correligionarios.

Ciertamente, hay que entender que los pueblos han ido despertando y conociendo cuáles son sus verdaderos dirigentes. Y quiénes los engañan, cuáles son sus intereses al llegar a los cargos públicos.

Cuando los dirigentes políticos están en campaña son las personas más simpáticas del planeta, proponiendo solucionarlo todo, ofreciendo villas y castillas para sus seguidores, pero a la hora de la verdad, es decir cuando llegan a los cargos públicos se transforman y actúan de manera prepotentes, arrogantes, altaneros y déspotas.

Incondicionalmente, los seguidores o miembros de una organización política buscan un pensamiento filosófico acorde a su formación, un símbolo o emblema, un color, que lo identifique y principalmente un líder que no le hable mentiras, ni les haga falsas promesas.

Opresivamente, los que escoltan y acompañan a algunos de estos dirigentes políticos en nuestro país han sido personas con un cuestionado pasado en los puestos de mando en las instituciones militares que han desempeñado; salvo raras excepciones.

Nadie puede predecir hasta el momento qué va a ocurrir en la República Dominicana, de seguir el estado de cosas y el estado delincuencial que viene produciéndose, sin que las autoridades que se eligen le den una respuesta satisfactoria a la sociedad en sentido general.

Para nadie es un secreto que las autoridades elegidas el 16 de mayo del 2006, a los cargos congresuales tengan en su agenda una reforma sustancial a la Constitución de la República Dominicana, acorde con sus intereses políticos partidistas.

Obviamente, el presidente de la República, Leonel Fernández Reyna, ha manifestado su interés en hacerle el referido arreglo a la Carta Sustantiva, para fortalecer las libertades públicas y las garantías constitucionales, de manera que se incluya: lo social, lo cultural y medio ambientales; así como la participación de los dominicanos en el extranjero para las representaciones congresuales.

Liberar el Congreso Nacional de una claque que por muchos tiempos ha permanecido solapadamente en estos cargos sin aportarle al país ningún beneficio, sino sus beneficios personales y familiares. Esta es una tarea que el pueblo elector debe proponerse en el futuro inmediato.

Inmediatamente la Constitución sea modificada acorde con los sanos intereses de la sociedad en sentido general, se hace necesario el saneamiento de todas las instituciones públicas y privadas y una estricta supervisión de los funcionarios en los cargos públicos.

Tenemos que entender que pese al poco tiempo de vida democrática de la República Dominicana, nuestro país ha avanzado un tanto con relación a otras naciones donde los sistemas de elecciones todavía son prácticamente traumáticos.

Imparcialmente, es recomendable que se actúe contra aquellos funcionarios sin importar el abolengo y el poder político que ostente para el enriquecimiento ilícito a través del erario público.

Capacidad, honradez (ética profesional), dedicación son parte de los atributos que deben adornar a los servidores públicos cuando son electos y posesionados en sus respectivos cargos. Que demuestren ser ciudadanos ejemplares a la hora de actuar a favor de las mayorías.

Aprovecho la ocasión para felicitar al pueblo dominicano por elegir a quienes piensa sobre las personas más indicadas a estos puestos congresuales y municipales, sin importar el color, su afiliación política, ni sus alianzas malas o buenas. Que estas elecciones de medio tiempo del 16 de mayo del 2006 hayan sido una gran lección política.

 Atentamente,
Olmedo Pineda,
Madrid-España.

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