CARTAS AL DIRECTO
Avanzar en la dificultad

CARTAS AL DIRECTO<BR>Avanzar en la dificultad

Señor director:
¿Cómo sería la vida sin los retos de cada día? En tiempos de dificultades, sobre todo cuando se nos cierran puertas y algunos optan por evitar hasta saludarnos, conviene recordar episodios vividos por otros que han atravesado momentos de dificultad, pero aferrados a la fe y con la convicción de que saldrán adelante, no se rinden ante la adversidad y más temprano que tarde pueden volver a sentir la tranquilidad del corazón y la alegría de vivir.

Los bruscos cambios de la economía han erosionado la capacidad adquisitiva de muchos sectores de la sociedad. Hasta los más emprendedores experimentan por momentos el temor a una caída súbita de su situación patrimonial. Ejemplos hay por doquier de empresas y establecimientos que de ser rentables decayeron , al punto de que sus propietarios se muerden los labios al verse ante la vergüenza de no poder honrar sus compromisos.

Le llamaré Petra, pues no tengo autorización para revelar su identidad, pero siempre que con ella converso no dejo de expresarle mi testimonio por el coraje de que se llenó para poder garantizar el futuro de sus cuatro hijos, tempranamente huérfanos. Una madrugada de abril en el 1984, arribó esta mujer a las costas del oeste de Puerto Rico, tan solo llevaba la ilusión de trabajar para empezar a mandar dinero a los suyos; un reloj y una cadena, recuerdos familiares, le salvaron cuando extraviada en los montes cafetaleros la interceptaron desconocidos, salvó su vida y su honra por las prendas. Por nada del mundo se despojó del papel celosamente guardado donde estaba escrito un número telefónico que le abriría las puertas a un trabajo. Tuvo la suerte de encontrarse con un compatriota, capataz de una plantación, nativo de su misma jurisdicción, este le albergó, la esposa de él le proporcionó ropa limpia y se encargó de contactar a quien le esperaba en San Juan, al tiempo de ponerla al habla con su familia en Santo Domingo, que ya le daban por desaparecida, pues a pesar de las rogativas para que no hiciera la peligrosa travesía, esta Petra entendía que era el único camino para que sus hijos… «salieran a camino».

En Abril de este año se cumplieron 20 años de la odisea de nuestro personaje, paradójicamente una noche de este pasado Abril, la señora Gobernadora de Puerto Rico reconocía entre otros, a la más pequeña de las hijas de Petra por su alto rendimiento académico y su conducta ejemplar. Cuando secó las lágrimas la Petra que veinte años atrás arribó ilegal a Borinquén, repasó rápidamente lo que había sido su vida y todo lo que había logrado para ella y los suyos. Cuatro hijos profesionales, de ellos dos embarcados a pequeños empresarios, todos con techo propio, aparte del techo materno, cuyo pago puntual al banco le ha abierto las puertas a créditos y facilidades que como ella dice: ¿Cuándo en mi país? No pretenden estas líneas hacer apología del viaje ilegal de Petra, pesadilla de la cual no quiere recordarse, pero deja una lección.

Roque Málaga emigró joven a nuestro país, atraído por las cartas de uno de sus tíos que ya había abandonado el viejo continente y redescubría estas tierras vírgenes para el comercio. Las palabras del tío fueron casi una sentencia «trabajarás como un buey, el domingo organizaremos la tienda, el poco tiempo que te quede lo aprovechas para ir a misa y ocuparte de ti. Que no te vean estos ojos ni frente a la barra, ni siguiendo hembras que provocan. Si vendes bien, tendrás bonos y podrás hacer tus ahorros. Después tendrás ocasión de valorar lo que hago por tí».

Dos décadas después, don Roque inauguraba la tercera sucursal de la tienda que había marcado su independencia como comerciante. Pulcro, organizado, meticuloso, repetía la palabras con que solía terminar sus escasas intervenciones en actos públicos: «Dios y mi familia han de saber que estos logros se los agradezco a la protección divina y a la disciplina del tío bueno que me enseñó el camino a seguir. Dudé cuando pisé aquí, me asusté cuando me indicaron como viviría, hoy doy gracias porque aquellos días duros me han permitido años de gran prosperidad».

Petra a sus 45 años es una elegante mujer, que pese a la dureza del trabajo y de agotar muchas veces turnos corridos, conserva intactos los atributos físicos y con su espíritu es capaz de levantar el animo al más derrotado. Don Roque, antes de aprobar cualquier negocio o inversión, recuerda los duros años de su niñez y la incertidumbre al llegar a estas tierras. Puede que no exceda de brindar un café, pero desborda consejos y recomendaciones valiosas para quienes antes de empezar una empresa, quieren deslumbrar a los demás. Ambos, a su manera, pero con la decisión firme dejaron atrás las dificultades. Avanzaron y convirtieron su coraje en lecciones de vida para ellos mismos y para quienes le inquieren qué hacer en momentos difíciles, lo que por cierto a veces duran bastante tiempo pero gracias a Dios no son eternos, pues siempre habremos de sobreponernos por más adversas que sean las circunstancias.

Atentamente,
Juan Nadal Nolasco

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