Cartas al director

Cartas al director

[b]Señor director:[/b]

En aquel histórico mitin que, el día 14 de junio de 1963, en el parque Independencia, realizare la agrupación política 14 de Junio, en su alocución, a la multitud allí reunida, el presidente de esa organización, Manuel Aurelio Tavárez Justo, pronunció la advertencia siguiente:

«Si se siguen en vigencia y se pone en práctica la ley de emergencia, si se pretenden, en consecuencia, golpear de esa manera al pueblo y a sus organizaciones más honestas, el 14 de Junio sabe donde están las escarpadas montañas de Constanza.

«Oiganlo bien, señores de la reacción: si se imposibilitan la lucha pacífica del pueblo, el 14 de Junio sabe muy bien dónde están las escarpadas montañas de Quisqueya.

«Y ellas, siguiendo el ejemplo y para realizar la obra de los héroes de junio del 1959, ellas iremos.

«Y en ellas, mantendremos encendida la antorcha de la libertad, la justicia, el espíritu de la revolución.

Porque no quedará, entonces, otra alternativa que de: Libertad o Muerte».

Dicho y hecho.

El 25 de septiembre del 1963, en horas de la madrugada, acontece el golpe de Estado cívico-militar al primer gobierno constitucional que se daba la nación, luego de haber padecido los consecutivos 31 años de la tiranía trujillista.

Ese primer ensayo gubernamental, y democrático, estuvo presidido por el Profesor. Juan Bosch.

De inmediato, los golpistas, declararon ilegales a las organizaciones democráticas y revolucionarias. Más, disolvieron sus locales. Más aún. Los dirigentes y militares de las mismas, los que no fueron hechos presos; fueron sí, sometidos a persecuciones tenaces e implacables.

Ante tal situación nacional presentada, y haciendo honor a su palabra dada, un nutrido grupo de militantes de la Agrupación Política 14 de Junio, con «Manolo» Tavárez Justo a la cabeza, asumen la decisión de irse a las escarpadas montañas de Quisqueya. En vestimenta verde olivo, con las botas puestas y fusiles en manos.

Se lanzaron en el firme propósito de luchar -reitero, armas en manos- en pro del retorno a la constitucionalidad malograda. Y, además, en defensa de las libertades democráticas.

Estaban, pues, impregnados de patriotismo y enamorados de un puro ideal.

Muchos de ellos, cayeron en combates a tiros con tropas regulares del Ejército Nacional.

Otros, fueron hechos prisioneros. Logrando sobrevivir.

«Manolo» Tavárez Justo, junto a otros compañeros, fueron asesinados. Después de haber sido hechos presos.

Fusilados fueron.

Indignado por esos fusilamientos, de «Manolo» y sus compañeros de luchas, renuncia don Emilio de los Santos de la presidencia del Triunvirato que dirigía los destinos del país después de la asonada de la madrugada del 25 de septiembre.

El, había impartido las instrucciones de que, esos guerrilleros ya hechos presos, no fueren asesinados.

Obvio es que, quienes impartieron las órdenes, transmitidas a los soldados que les dieron muerte, se estaban ensañando en contra de «Manolo» y demás catorcistas.

La paz y tranquilidad de conciencia, en esos que dieron dicha orden de fusilamiento, nunca -de seguro- ha reinado.

Grade es, pues, el peso de la carga que históricamente han llevado, desde ese entonces.

Este 21 de diciembre, al cumplirse el 40 aniversario del alzamiento armado de esos militantes de la Agrupación Política 14 de Junio, bueno es señalar la expresión de timonel de la revolución popular china, Mao Tse Tung: «Miles y miles de mártires han ofrendado heroicamente su vida en defensa de los intereses del pueblo, ¡mantengamos en alto su bandera. Y avancemos por el camino teñido por su sangre!

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