Cartas al director

Cartas al director

Señor director:

Tengamos fe

Ha iniciado la hora cero. Se anuncia en todo el país y más allá, la asunción al poder del Partido de la Liberación Dominicana y su líder el doctor Leonel Fernández como próximo presidente de la República una vez más el 16 del presente mes de agosto.

Ante el tétrico panorama que en todos los órdenes se avizora en el firmamento nacional, no son pocas las personas que ven con pena y lástima a los dirigentes peledeistas que habremos de ser funcionarios a partir de la señalada fecha.

Y no es para menos, no hay que mencionar estadísticas ni señalar de manera específica las diferentes áreas en donde la nación tiene crisis profundas y temerarias; tan solo habría que expresar una frase que el pueblo entiende muy bien: «Nos entregan un país quebrado».

Sin embargo, «nunca es más oscura la noche que cuando va a amanecer» nos recordaba nuestro guía e inspirador, el profesor Juan Bosch.

Es verdad, el túnel ha sido largo y tenebroso pero ya se ve la luz al final del mismo.

Recordemos tan solo que ese equipo de hombres y mujeres que asumirá el poder en los próximos días con el mismo doctor Fernández a la cabeza, fue el mismo que hace ocho años se instalaba en el gobierno y sin tener experiencia de Estado ni haberse sentado antes frente a un escritorio oficial, inició una marcha progresiva hacia el progreso nacional que solo fue detenida cuando el pueblo, confundido y engañado, puso otro en su lugar.

Sin desmedro de las efemérides patrias, nunca antes había brillado tan alto nuestra nación.

Nunca antes nuestro crecimiento económico había sido tan descomunal como tampoco antes habíamos provocado la admiración de los demás países.

¿Por qué sucedieron estas cosas precisamente cuando estábamos dirigidos por jóvenes inexpertos, dominicanos comunes y corrientes como los demás?

Sencillamente porque esos hombres y mujeres nada excepcionales, son sin embargo bien intencionados, formados para luchar por su patria y servirle a la misma.

Es por esa razón y no por otra que nos preparamos en todos los sentidos para derrotar en las elecciones recién pasadas a ese hombre y su equipo de aventureros que parecían imbatibles y verdaderamente temerarios.

Así lo hicimos, el presidente Hipólito Mejía y su gente tuvieron que admitir que fueron avasallados inmisericordemente en todo lo largo y ancho del país por ese pueblo encabezado y dirigido por el PLD con lo cual quedaba liberado de una de sus más grandes pesadillas.

En los próximos días se inicia la etapa de un nuevo gobierno del partido que fundara nuestro símbolo inmaculado, el profesor Juan Bosch.

Tengamos fe, porque si todo lo antes señalado lo hicimos sin experiencia de haber administrado el Estado sino a base de buenas intenciones y guiados por el instinto de justicia y equidad, que será ahora que estamos en capacidad de distinguir perfectamente el bien del mal?

¿Qué será ahora que ya no somos tan jóvenes y podemos distinguir entre los aliados, el adversario y el enemigo?

¿Qué será ahora que pocas cosas nos emocionan y hemos aprendido a ser cautos y discretos?

Después de las elecciones del 16 de mayo último, solo los perredeistas se han sentido y han hecho escándalos como si hubieran ganado.

Los peledeistas en cambio, nos hemos mantenido serenos, haciendo lo que tenemos que hacer.

Formamos una Comisión de Transición que recopila los diferentes datos gubernamentales para entregarle un informe acabado y objetivo a nuestro presidente para su exacta edificación.

Constituimos una comisión económica para que maneje y le dé seguimiento a los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional y por su parte el presidente electo aprovecha el periodo para reunirse con los diversos sectores aquí en el país y fuera de él; por un lado conversa con los gobiernos amigos y los empresarios extranjeros intentando conseguir ayudas, buenas negociaciones y atraer capitales frescos al tiempo que les envía mensajes positivos a los agentes económicos.

Aquí, trata de lograr el mayor consenso con los diferentes sectores de cara a las medidas que habrán de tomarse y en donde todos habremos de aportar nuestras cuotas por el bien de la nación.

Parecía que tan solo estamos esperando para asumir el poder el próximo 16. Pero no es así, somos los únicos que estamos trabajando.

Lo que pasas es que no somos gentes de estridencia y fanfarronería. Somos conscientes de que son tiempos de trabajo, de serenidad y cautela.

Tengamos fe que en las manos del PLD y del doctor Leonel Fernández, la República no perecerá, al contrario, prosperará y crecerá.

Tengamos fe.

 Atentamente,

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