Cartas al director

Cartas al director

Señor director:
En dos artículos bajo el título «La Tasa de Interés y al Ahorro Familiar» publicados el sábado 10 y el jueves 15 del mes en curso, el economista Bienvenido Brito señala correctamente que el ahorro es la base del desarrollo de cualquier sociedad, y desde la antigüedad se ahorra en los tiempos buenos para evitar mayores dificultades en los tiempos malos.

Compartimos el planteamiento de que la tasa de interés que reciben las personas por sus ahorros debe ser positiva en términos reales, no sólo por la justa compensación de posponer la satisfacción presente de una necesidad por un futuro mejor, sino también por promover la movilización del ahorro por el sistema financiero, favoreciendo la intermediación y posibilitando el proceso ahorro inversión. Este proceso es la base del crecimiento y del bienestar de un país.

Durante los 12 años del período comprendido entre 1991 y 2002 (con excepción del año 1994) las tasas de interés pagadas por los bancos comerciales a sus clientes en depósitos a plazo y certificados financieros fueron superiores a la inflación, con lo cual los depositantes vieron crecer el poder adquisitivo de sus ahorros durante dicho período. Es en el año 2003 y en lo que va del año en curso, cuando las tasas de interés se han tornado negativas en términos reales debido a la fuerte devaluación experimentada por la moneda nacional frente al dólar de los Estados Unidos y la alta inflación que ha afectado a la economía dominicana. Estamos seguros de que tan pronto la inflación se controle y reduzca, las tasas de interés volverán a ser positivas en términos reales.

Ahora bien, la consecución de una tasa de  interés positiva para el ahorro debe lograrse con la aplicación de políticas macroeconómicas sanas y coherentes que reduzcan y mantengan la inflación por debajo de la tasa de interés sobre las cuentas de ahorro, en vez de establecerla por vía de una normativa disposición administrativa como plantean los artículos del señor Brito.

Por otra parte, la afirmación de que la tasa de interés que se paga en los depósitos de ahorros y a plazo la «determina un  oligopolio de menos de 10 (diez) instituciones financieras llamadas «Bancos Múltiples», que se ponen de acuerdo en una asociación denominada de «Bancos Comerciales», al margen de los principios económicos de una sana competencia», carece de toda veracidad. Nada más hasta ver que los bancos que operan en nuestro país ofertan transparente y libremente un gran abanico de tasas de interés sobre los depósitos, con un amplio recorrido entre las tasas mínimas y máximas que supera el 30%, en lugar de un precio coaligado.

Lo anterior no refleja una práctica oligopólica. Sino todo lo contrario. En la historia de la Asociación de Bancos que conocemos, nunca los asociados se han puesto de acuerdo para establecer dicha tasa. Es realmente el mercado a través de libre juego de la oferta y demanda de dinero, donde se determina la tasa de interés en nuestro país.

Por otra parte, la aseveración del autor de que los bancos que integran esta Asociación no son «verdaderos intermediarios financieros sino que son parte de grupos económicos que se financian de una manera barata», choca con la realidad ante los miles y miles de clientes que la banca tiene, quienes recien permanentemente préstamos de los bancos que operan en nuestros país. A su vez, las normativas vigentes en la República Dominicana que se refieren a los préstamos bancarios a los vinculados que pueden tener las instituciones financieras, son muy estrictas y limitan estos financiamientos de acuerdo con una sana prudencia. Deseo informarle que estas disposiciones son cumplidas por nuestros asociados.

Atentamente

José Ml. López Valdés
Presidente Ejecutivo

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De israel

Señor director:

Luego de un cordial saludo tengo a bien dirigirme a Usted con respecto a la opinión publicada En respuesta a la artículo de opinión publicado en la edición del 14 de Julio de la autoría del Señor Ubi Rivas bajo el título «ONU falla contra Muro», el cual hace referencia a la decisión del Tribunal de la Haya en contra del Muro de Defensa en Israel que merece mi atención y aclaración.

Es importante destacar las verdaderas razones para la existencia del Muro de Defensa que se construye en Israel, las cuales no incluyen de ninguna manera oprimir al pueblo palestino sino frenar los ataque suicidas y salvaguardar los ciudadanos de Israel. La principal razón para la construcción de este muro es el terror palestino, si no hubiera terror palestino no habría muro.

Este terror palestino ha cobrado la vida de más de mil israelíes, en los más de 20,000 ataques llevados a cabo en los últimos tres años y medio, hiriendo a miles, quebrando la vida de familias, viudas y huérfanos. Ningún país actuaría de forma diferente si tuviera que enfrentar tamaña campaña de terror.

Desde que iniciaron las operaciones del muro, el número de víctimas ha disminuido considerablemente. El muro es reversible, mientras que las vidas que el terror se lleva no. Además, el muro es una medida temporal y no violenta y está salvando vidas.

Israel continúa en la búsqueda del balance necesario entre el hecho de proteger la vida de sus ciudadanos y el de respetar las necesidades humanitarias de la población palestina. La única manera de resolver las diferencias entre Israel y los palestinos es a través de negociaciones directas, tal como lo estipularon las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y la Hoja de Ruta que ellos mismos aceptaron cumplir, y para esto es esencial el cese del terrorismo palestino.

En espera de que me conceda el debido espacio para mi réplica en su diario le expreso mis consideraciones de estima y consideración.

Yoav Bar-On
Embajador

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