Cartas al director

Cartas al director

Depresión
Señor director:
Es de vital importancia establecer la diferencia entre afectos depresivos ligados a renuncia de objetos amados puestos por el desarrollo evolutivo infantil y los estados depresivos indicadores de un conflicto de personalidad.

He de señalar que el estado depresivo se caracteriza por la tristeza, la inhibición y el sentimiento de culpa. Se le agregan síntomas como la fatiga, el retraimiento, la falta de concentración y trastornos psicosomáticos como el insomnio, la jaqueca, anorexia, etc.

En el infante la pérdida de un objeto (seno materno) producirá una desesperación depresiva que es considerada como una fase normal del desarrollo del niño, que se denomina como «la angustia del sexto mes». Aún así se afirma que si el niño vive esta separación con carencia emocional, puede presentarse un estado que se caracteriza por el desinterés progresivo hacia el ambiente, pérdida de apetito y trastorno del desarrollo. A esto se le agrega el insomnio y la disminución motriz.

Dentro de las características que enmarcan la depresión durante la niñez y la adolescencia, se pueden señalar entre otros, los siguientes rasgos:

– Muestran poco interés y retraimiento.
– Dan la impresión de sentirse rechazados.
– No aceptan consuelo.
– Parecen tristes.
– Trastornos del sueño.
– Imagen negativa de sí mismos.

Estos rasgos se perfilarán según la edad y el sexo, variando su sintomatología.

En lo que se refiere al aspecto de la edad, los lactantes manifiestan síntomas casi exclusivamente somáticos; en el niño pequeño aparece inhibición afectiva; en niños mayores los síntomas se refieren a la esfera cognitiva.

En cuanto al sexo, las niñas depresivas son en general más tranquilas e inhibidas, mientras que los niños se caracterizan por la dificultad para establecer relaciones interpersonales, tendencia al aislamiento e irritabilidad.

Tanto entre las niñas como entre niños pueden darse situaciones que reflejen dificultades escolares.

Al igual que en otros casos, existen planeamientos sobre la relación con aspectos de tipo evolutivo y hereditarios.

Algunos autores han localizado patología familiar, pudiendo actuar sobre el niño de forma diversa.

Atentamente,
Atahualpa Soñé

—–

No al porte de armas

Señor director:
Las noticias de portada que estamos viendo diariamente en la principal prensa del país en relación a las víctimas de balas perdidas son verdaderamente desconocertantes.

Desde la niña que cayó en coma hasta el niño que ha perdido la vista, parece como si se tratara de un nuevo virus que está causando estragos sin control en la población.

La mejor vacuna para controlar en parte este virus sería en primer lugar eliminar mediante una ley el porte de armas en sitio públicos por civiles con permisos.

Nos llama la atención como en muchos bancos del país hay letreros que prohíben el uso de gorras o sombreros a los visitantes al banco pero no prohíben el uso de armas.

Y es que parte de la cultura machista dominicana es mostrar en público el arma. La clase baja se la ciñe a la cintura, la clase menos baja desde el punto de vista económica, la lleva en una especie de cartera.

De hecho si Ud. quiere ser del grupo de los ricos actualizados debe tener, según dicen por ahí, una casa en Romana, un apartamento en Miami, un Mercedes, una jeepeta, una querida y una pistola. Si no cumple con esos requisitos está «out».

Por otro lado, se pagan miles de pesos en guardianes privados pero nadie confía en ellos. Tampoco en la protección policial. Para estar seguro hay que cuidarse uno mismo aunque con esa excusa un día, bajo la influencia del alcohol, de la droga o de la ira se cometan barbaridades que atenten contra la vida de los demás.

Es muy posible que si hicieran una evaluación sicológica a quienes se le otorgan licencias de porte de armas, incluyendo civiles y militares, el 50% no la conseguirían.

De alguna forma el gobierno tiene la responsabilidad de tomar medidas de control, antes de que las cosas se pongan peores y veamos escenas más dantescas como atentados en los colegios o escuelas.

El Congreso y el Poder Ejecutivo deben meditar sobre estos casos. Solo ellos, con acciones eficientes, pueden conducir el país por senderos de paz y tranquilidad.

Atentamente,
María Filomena Barletta

Publicaciones Relacionadas