Cartas al director

Cartas al director

[b]Señor director:[/b]

Las noticias horripilantes que leo con frecuencia me llenan de tristeza y con estupor pregunto ¿cómo podremos salir del laberinto en que todos estamos metidos? Por culpa de unos políticos y funcionarios que son los más malos del mundo.

Los hechos noticiosos que más me impactan son los siguientes: los chismes de los perredeístas y reformistas, que parecen no tener fin y van derecho para el libro Guinnes; por largo. Las extravagancias de algunos diputados, estos son los únicos que ignoran que les dan náuseas a muchísimos que votaron por ellos y jamás pensaron que estaban favoreciendo a una casa privilegiada y narcisista. Los ejemplos más palpables son: el diputado que pretende que nuestra media isla se divida en pedacitos, el que propone aumento de sueldos en dólares, pues en pesos no les alcanza a los legisladores para el clientelismo político, ese tuvo el tupé de decir que todos los congresistas son iguales.

Pero el más famoso es el que acusan de traficar con chinos, ha cogido más cámara que la famosa modelo Noemí Campbell. A los aludidos hay que dejarlos tranquilos, pues son las comidillas del pueblo y muchos prevén que en futuras elecciones recibirán un no rotundo, porque no fueron elegidos para que sean ventajosos, irrespetuosos y pésimos representantes congresionales, que sin sonrojarse demuestran no conocer la vergüenza.

Pero lo que aterra y duele es la benevolencia de la justicia con los corruptos ricos y unos policías con licencia para matar. Esto así porque es alarmante la frecuencia con que matan a gentes indefensas, ante la mirada atónita de niños y adultos. La presencia de los niños es grave pues narran con exactitud esos crímenes y si de ñapa los criminales no son sancionados, las autoridades judiciales les están enseñando que matar no es nada, lo cual es preocupante porque los niños son parte importantísima de nuestra sociedad y son maleables como el oro.

Además los que tenemos hijos adolescentes y adultos debemos poner nuestras barbas en remojo, porque cualquier día nos llega la tragedia de un hijo asesinado y lo único que debemos hacer es llorarlo y enterrarlo, porque acudir a la justicia es muy traumático, pues podemos encontrar un juez o jueza con su íntima convicción benévola. Si tienen hijos es probable que los tengan guardados debajo de su cama.

El caso del joven de Sabana Perdida fue horripilante, a ese policía sólo le faltó convertirse en vampiro y beberse la sangre. No conforme en presencia de familiares y vecinos le puso una pistola para simular un intercambio de disparo. Ahora el militar no puede estar preso, porque mató a un perro dicen los familiares del joven y quienes nos solidarizamos con ellos por ese macabro crimen.

Los que dicen que nuestra justicia avanza mienten y es bueno reiterarles que sólo funciona con los de abajo. Obviar los crímenes horrorosos que cada día aumentan me es difícil porque tengo un hijo y una hija, que son mi mayor tesoro y estoy preocupada por ellos y los demás jóvenes. Hay policías vampiros en nuestras calles y uno no sabe como protegerlos, porque trancarlos es misión imposible. Dudo que un padre o madre pueda echar un sueño antes de que estos lleguen buenos y sanos a la casa.

Por eso es que a veces quisiera si poder tuviera convertirme en águila y mis grandes alas colgar a mis hijos y volar bien lejos, cruzar varios mares, llegar a un país de gente valiente y honesta, que sean transparentes y miren de frente. En un país que el único imperio sea el de la ley, que hayan partidos con líderes auténticos, que la democracia no sea una falacia y menos un decir de politiqueros y mucho mejor tener funcionarios de práctica honesta dándonos ejemplos. En un país así aspiro a vivir si poder tuviera para convertirme en águila y en mis grandes salas colgar a mis hijos y volar bien lejos.

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