Cartas al director

Cartas al director

Señor director:

Aparte lo que ha hecho el Presidente Hipólito Mejía por los escolares y por la educación en sentido general, hay que destacar las acciones orientadas a mejorar las condiciones de vida de los maestros y a incrementar su bienestar, su autoestima y su calidad de vida.

Son pocos los que saben que el Presidente de la República ha dispuesto la donación de 1 millón 430 mil metros cuadrados de tierra distribuida en solares a los patronatos y otras sociedades de maestros que, en esos predios y con un bono de 50 mil pesos aportado por el Gobierno, han cambiado su situación de inquilinos por la de dueños de viviendas dignas.

Para mejorar las condiciones de salud de los maestros y maestras, el Presidente Hipólito Mejía ha ordenado que se le entreguen 11 millones de pesos mensuales al SEMMA y dispuso la remodelación de la Clínica del Seguro de los Maestros en Santo Domingo, lo cual demuestra que para el jefe del Estado el bienestar magisterial es un asunto de primera prioridad.

Asimismo, el Presidente dispuso la compra de un edificio para la instalación de la Unidad Materno Infantil y Familiar de los Maestros en Santiago y ordenó la construcción del Area de Emergencia de ese hospital magisterial, al tiempo que por su disposición se apropiaron recursos financieros para la ampliación de la cobertura de los servicios médicos a los afiliados del SEMMA, para darles más seguridad y calidad de vida a los maestros y maestras y a sus familias.

Pensando en la necesidad de una recreación sana de los educadores dominicanos y sus familias, y poniendo en evidencia desde el inicio de su Gobierno su preocupación por dignificar la profesión docente, el Presidente Hipólito Mejía les donó a los maestros dependientes de la Secretaría de Educación el Club Recreativo de los Maestros ubicado en Santo Domingo Oeste.

Otra acción importante en beneficio de los educadores del país fue la jubilación de cerca de diez mil maestros y maestras que habían sido puestos en retiro, muchos de ellos desde hacía 11 años, por antigüedad, o por enfermedad o por otras causas atendibles y que vivían en una situación de incertidumbre que fue resuelta por la decisión del Presidente de la República.

El jefe del Estado ordenó que se resolviera un problema de distorsión en la nómina de la Secretaría de Educación que otros gobiernos no fueron capaces de resolver. Con una erogación mensual de 42 millones de pesos se aplicó la consolidación salarial y con ello quedó atrás el desorden que significaba la existencia de tres y cuatro sueldos diferentes para una misma actividad y pagados a personas con igual formación docente.

Además de que dispuso la aplicación de incentivos por titulación a maestros y maestras que no los recibían, el presidente de la República ordenó la aprobación de fondos para que las dos categorías de sueldos se unificaran, de manera que a miles de educadores se les aumentaron sus sueldos base e inmediatamente pasaron a ganar ó 3,600 pesos por tanda más los incentivos, ó 4,200 por tanda más los incentivos, según categoría establecida en la Ley.

En el área técnico profesional, en la que hay también dos categorías de sueldos también hubo reajuste salarial para superar distorsiones en la nómina. Gracias a una voluntad política inquebrantable que se orienta a resolver problemas, la hora clase en esa área, que antes se pagaba sin un criterio de clasificación lógico, se paga ahora a 144 y a 188 pesos, según categoría establecida en la Ley.

Contrario a lo que dicen sus adversarios, el Presidente le ha dado la debida preeminencia al sector educación desde el momento en que nombró Secretaria de Educación a la Vicepresidenta de la República.

El ingeniero Hipólito Mejía ha dispuesto los recursos financieros para construir 16 mil aulas y para mantener el desayuno escolar a 1 millón 600 mil niños y niñas, y para donarles 200 mil uniformes, 200 mil pares de zapatos y 40 mil bicicletas a escolares pobres y también ha tomado en cuenta las necesidades, anhelos y esperanzas de los esforzados servidores de la educación.

Aunque sin propaganda y casi sin publicidad, el gobernante ha hecho esfuerzos por dirigir su gestión gubernamental a incrementar el bienestar de los maestros y las maestras, con lo cual ha cumplido con creces su promesa electoral de que si ganaba las elecciones mejoraría la educación del país y ayudaría a los docentes a distribuir en mejores condiciones el pan de la enseñanza.

La atención que el Presidente de la República les ha prestado a los educadores y educadoras dominicanas pone de relieve su interés en la educación, su amor por la niñez del país y el aprecio que siente por esos trabajadores que labran con tanta dedicación y cariño el futuro deseable de la nación dominicana.

Atentamente,

Alejandro Solano

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