Cartas al director

Cartas al director

Señor director:

De cara a la llegada de este nuevo año, el pueblo dominicano no debe dejar que el pesimismo y las realidades críticas del momento le postre en un estado de desesperanza y de frustración total.

No hay nada tan perjudicial para lo que podría ser el desarrollo de una sociedad que la falta de entusiasmo y de un estado de ánimo dispuesto.

Los dominicanos nos haríamos más mal que bien si en lugar de tener una visión esperanzadora nos encerramos en la apatía, en la falta de fe y de confianza en nuestro futuro como nación.[tend]

Esto no quiere decir que estamos tratando de obviar las realidades crudas por la que están atravesando el grueso significativo de los ciudadanos. No es de eso que estamos hablando. Lo que queremos decir es que hay que revertir todo este cúmulo de mal. Y la única forma en que podremos lograrlo es aunando esfuerzos y aferrándonos a una perspectiva positiva. Todo lo que ha ocurrido en el pasado en término social y económico es como para que una reflexión profunda nos lleve a superar todas estas cosas y a superar el gran cúmulo de males.

Así como ha pasado un año con todos sus males, de igual modo debemos dejar atrás todo este cúmulo de pesimismo y de falta de fe emprendedora.

De igual modo, exhortamos a los políticos de nuestro país a que eviten azuzar la angustia y la desesperación del pueblo con el martilleo constante de un lenguaje aguerrido, apocalíptico y carente de planteamientos que aporten alternativas atinentes.

Creo que por el bien de esta sufrida nación es tiempo de que los políticos y los capitalistas aflojen un poco las tantas diferencias, apetencias y ansias de poder y de bienes materiales.

En este país no todo se ha acabado. Si todos los sectores importantes de la vida nacional nos unimos con una visión emprendedora, positiva, esforzada y libre de toda pasión particular, sin lugar a dudas que podremos recuperar el terreno perdido y enrumbarnos por un destino totalmente diferente.

La actitud de los dominicanos tiene mucho que ver con lo que pueda ocurrir de aquí en adelante con el desarrollo y crecimiento del país.

Y a pesar de los vaticinios lúgubres que pesan sobre la nación, la unificación de voluntades positivas pueden revertir todo lo malo que se ha generado y todo lo que pueda tratar de desatarse en lo adelante.

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