CARTAS AL DIRECTOR

CARTAS AL DIRECTOR

Señor director:

Mi columna Día por Día del lunes 16 y del martes 17 no fue publicada por el Listín Diario luego de que en la del viernes 13 eliminaran una oración que a mi juicio alteraba sus sentido. Me he atrevido a molestar su atención enviándole lo que debió publicarse el lunes y el martes pasado, por si acaso le interesa publicarlo en su periódico.

Aprovecho la ocasión pasa saludarlo,

muy cordialmente,

José Báez Guerrero

Día por día

Lo que quedó.

En mi columna del viernes los duendes de imprenta volvieron a hacer travesuras. El «punch line», como dicen los ingleses, era que las papeletas de RD$5,000 ó RD$10,000 debían llevar la efigie del Presidente Mejía. No sé por qué estos duendecillos creen que hacen buen periodismo borrando una frase tan inocua, cuando les sería más fácil sencillamente eliminar la columna completa, e imprimir en este diminuto espacio algo más de lo que abunda en el resto del Listín ((ay!). A veces me preguntan qué hago para sobrevivir en este periódico, y la verdad es que no hago más que enviar mi columna cinco días de la semana, y aguardar a ver al día siguiente para saber si ha ocurrido otro milagro. Nada dura para siempre, pero me encantaría debatir con cualquiera de los duendecillos, quienes dirigen este periódico, las ideas que vengo postulando, en vez de estar agachado en esta trinchera sin saber de donde vienen los tiros, porque los duendecillos nunca dan la cara, son anónimos. Hay muchas concepciones distintas de lo que constituye buen periodismo, pero manosear artículos ajenos nunca ha sido una de ellas. Pasarán los días y los meses, y cada quien sabrá cuáles culpas carga.

Día por Día

Como les decía ayer

… hay una fina línea que separa lo que es buen periodismo, hecho pensando principalmente en los lectores y en ciertas reglas éticas reconocidas en sociedades donde la prensa es efectivamente uno de los pilares de la democracia, por una parte, y por la otra, el uso y abuso de los medios de comunicación, por activistas políticos, propagandistas, y otra gente como ésa a quienes el arzobispo de Santo Domingo, Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, calificó recientemente como «chupatintas», por decir que la ingieren en vez de expelerla. Pero, como quiera, a la larga siempre se imponen la verdad y la buena fe, y no importa cuántas truchimanerías hagan, los agentes del periodismo malo siempre terminan castigados con el peor baldón que puede afectar a cualquier comunicador: nadie les cree, ni respeta sus juicios. La credibilidad, la calidad de ser creíble, es indispensable para el éxito de cualquier periódico o periodista, y es muy triste que uno u otro padezca la increíble lacra de que cualquiera sepa de antemano qué va a decir, cual enfoque adoptará o qué causa defenderá. Cuando eso ocurre, ya no hace falta leer esa gacetilla, porque noticia es por definición algo nuevo. Como decía ayer…

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