Cartas al director

Cartas al director

[b]Señor director:[/b]

El liderazgo de la Iglesia Católica siempre ha sido asumido en todos los tiempos con voz profética en defensa de los más pobres, que son los más perjudicado en el deterioro de la economía dominicana, precariedad de los servicios básicos, falta de confianza, corrupción administrativa y los deseos continuista de un grupo de hombres y mujeres, que no le importa el sufrimiento de miles y miles de dominicanos, que no saben que hacer con sus vidas ante la situación alarmante de la carestía de la vida, si morir de hambre o tomar una yola para salir del país.

No he es cierto como afirma Vicente Sánchez Baret, que algunos lideres religiosos, de lo que no dijo sus nombres, estén participando de un activismo político. Ellos solo están desempeñando su misión como lideres espirituales y morales, ante el deterioro de la vida social y humana que padecen. La Iglesia siempre ha sido voz de aliento ante el drama y dolor humano. Su acción pastoral va encaminada para dar aliento, consuelo y esperanza en la construcción de un mundo más justo. La situación dominicana es sumamente alarmante y los obispos, no solo han venido denunciando los males, sino presentando propuestas reales y viables para solucionar los problemas nacionales. La Carta Pastoral del 21 de Enero, realmente es un mensaje de esperanza, a trabajar junto para buscar soluciones a los problemas; el mensaje de el 27 de Enero, entre otros, han sido propiciado para busca soluciones. Estos mensajes no han sido como piensan algunos líderes políticos, para activar violencia y descalificar la obra del Presidente Mejía.

Es lamentable que Sánchez Baret y algunos funcionarios de la administración del Presidente Mejía desconozcan cuál es la misión de la Iglesia, cuál sido su papel en la historia dominicana y el rol que debe de jugar en estos tiempos turbulentos de extrema desconfianza y desesperanza. Debe recordar Sánchez Baret que los obispos y sacerdotes son pastores y guías, que orientan en los valores que realiza a la persona y garantiza la vida en su totalidad, para un bien mayor y disfrute de las cosas temporales, para asegurar la consecución del bien común en la salvación de las almas.

Lo que sí lamentamos es que desde el Gobierno se esté orquestando un plan de descrédito para descalificar la misión de los obispos y los sacerdotes, que en todos los tiempos han asumido su rol profético. Lo que estamos palpando fue un fantasma que hizo su asomo en tiempo de Trujillo y los 12 años de Joaquín Balaguer. Algunos líderes políticos niegan la historia, otros la recuerdan, algunos la aplaudieron y otros conservan sentimientos y sangres en sus manos como testimonio de lo que hicieron y a quienes sirvieron y han seguido engañando al pueblo con promesas.

Desconoce Vicente Sánchez Baret, cuál sido la labor pastoral de la Iglesia en los procesos de cambios y transformaciones en Latinoamérica. La Iglesia nunca callará y quienes quieren silenciarla a sus sacristías están muy equivocado. Sancho hemos topado con la Iglesia.

Atentamente,

Reverendo Ricardo Fajardo

[b]Crisis haitiana[/b]

[b]Señor director:[/b]

En su último informe la organización multinacional Internacional Crisis Group, por medio de su revista Crisis Watch, señaló los países del mundo donde había grandes conflictos siendo los más explosivos Haití, Zimbabwe, Costa de Marfil, Colombia, Afganistán en Irak. Lógicamente, nos llama la atención el informe de esta organización que se encarga de programas de análisis, en los cinco continentes para prevenir y resolver conflictos. Que nuestro país vecino esté en esta lista, que señala a Haití donde hay un alerta de riesgo de violencia inminente. Donde las condiciones de seguridad van en un continuo deterioro manifestándose, en ataques y protestas, que han dejado a su paso docenas de muertos y heridos, la situación de Haití, es alto complicada y en Juana Méndez, ya hubo un muerto de manera oficial.

Haití con una población de más de dos millones y medio en la pobreza extrema con una situación sanitaria de extrema calamidad y prácticamente sin instituciones es un caldo de cultivo para una revuelta de incalculables consecuencias, pone a nuestro país en una situación difícil y sobre todo que una organización internacional como lo es la International Crisis Group la ponga en su clasificación de inminente violencia, es un indicador de lo grave que se vislumbra en el exterior, la situación de nuestro vecino.

Llama la atención de que en nuestro país no se le ha prestado la importancia que amerita la crisis haitiana, más aun en la puerta de unas elecciones y con una presencia muy alta de población de origen haitiano.

La República Dominicana sumergida en estos momentos en una crisis económica, política y social, y solo faltando cien días o menos para las elecciones, no puede perder de vista la situación del país vecino, todo lo que suceda en Haití, tiene una inmediata repercusión en nuestro territorio, con una frontera de 365Kms y una extensa área de esta línea fronteriza, completamente permeable, no deja de ser un foco de mucha peligrosidad, si no se toman medidas de estricto control, no solo en término militar, si no en término de seguridad nacional.

Es una responsabilidad del Estado Dominicano fijar su atención en Haití donde el Gobierno de Jean Bertrand Aristide no ya legítimo va perdiendo el control de su país a pesar de los esfuerzos de la OEA y una ciudad, Gonaive, está en manos de fuerzas opositoras al régimen de Aristide, con tendencias a que caigan otras ciudades.

Qué pasaría si la situación en Haití provoca un éxodo masivo hacia territorio dominicano, cuáles serían las consecuencias en nuestro país si nos toma sin una respuesta adecuada y con un proceso electoral en marcha.

Con las elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina sumado a todos nuestros problemas, debe ser motivo de análisis y de preocupación para las organizaciones políticas y de todos los sectores de la vida nacional la situación de deterioro en Haití y su repercusión en las elecciones y evitar que sectores que podrían estar interesados en el caos pre y post electoral pesquen en el río revuelto del Masacre.

Atentamente,

Néstor Cerón Suero

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