Cartas al director

Cartas al director

[b]Señor director:[/b]

Después de saludarle y desearle un próspero año 2004, tanto a usted como a su vasto ejército de compañeros y lectores, espero que en este año que recién se inicia se logre avanzar en la conquista de los cambios que requiere la sociedad, por el bien de los relegados y olvidados ciudadanos.

Quienes son sólo víctimas de las malas ejecuciones, en los programas de gobiernos, no sólo de este, sino de todos los últimos gobiernos; quienes en épocas electorales ofrecen sin sobresaltarse transformar, incrementar, modernizar y hasta llegando al extremo de prometer cambiar la calidad de vida de todos los habitantes.

Más luego en pleno ejercicio de sus funciones se olvidan de esas promesas de campaña, que prometían un cambio radical, lo que lamentablemente ya se ha hecho una costumbre, como es la insensatez de los líderes nacionales.

Basta de egoísmo y argucias, y que el dinero que se obtenga del aumento de los impuestos y los gravámenes a las exportaciones e importaciones, así como la ampliación del impuesto de salida del país, se inviertan en mejorar las condiciones de vida de las clases más desposeídas, en los barrios marginados y en las ciudades más abandonadas de toda la geografía nacional.

Si se quiere tranquilidad, paz y sosiego en la población dominicana, hay que hacer un esfuerzo combinado, para lograr una conciencia de la necesidad de un cambio serio, real y sincero de la realidad por la que está atravesando nuestro humilde terruño, que al parecer cuenta con la protección de Dios, pues todavía tenemos esperanza en la «democracia», sistema de gobierno que hay que fortalecer para beneficio de todos, para que procure la reducción de la miseria económica y moral que en la actualidad arropa esta pequeña sociedad.

Un pueblo sin justicia es lo mismo que «una selva de cemento» que en cualquier momento puede provocar una asonada o como se le llama ahora un estallido. Una poblada, como la desarrollada en el año 1984 donde el gobierno del PRD encabezado por el doctor Salvador Jorge Blanco, con unas Fuerzas Armadas dirigidas por Antonio Cuervo Gómez hicieron sonar los cañones de guerra, con un balance fatal de víctimas, o la que protagonizaron los esclavos de épocas pasadas, quienes no soportaron el yugo opresor de los despiadados colonizadores, que abusaron de su ignorancia e inocencia.

Precisa entonces es la ocasión para hacer un llamado a todos los que tienen en sus manos la solución de ésta situación; a la que reconocemos difícil, más no imposible, si nos sacrificamos y ponemos un grano de arena.

Pero por favor que sea lo más rápido posible, pues en cualquier momento puede resultar una explosión social, como lo que está sucediendo, precisamente en países hermanos como en la hermana Haití o Venezuela o en otras partes del mundo.

No, ni las indiferencia por los destinos de nuestro país; y que la corrupción que ha mermado el desarrollo de la sociedad, sea erradicada de una vez.

Será difícil controlar la sed de justicia que tiene tanta gente, con múltiples necesidades básicas; entre quienes hay valerosos hombres y mujeres, que han sabido actuar de la mejor manera en cada oportunidad que les ha tocado vivir y han sabido defender su honor y su patria en el momento preciso.

No esperemos que suceda lo peor, busquemos el remedio ahora; ya que siempre ponemos candado, después que roban, como genuinos dominicanos.

Y espero que no acusen estas palabras de ser una invitación a la desobediencia civil, como hacen los intolerantes de los medios de comunicación, que no aceptan críticas, pues más bien, esta es la simple reflexión de un ciudadano, preocupado por el destino que vamos transitando, como si fuésemos simples espectadores.

Es con los votos de los escuetos ciudadanos que se gana el poder, por lo que no se debe olvidar, las necesidades básicas de alimentación, techo y educación de esos simpáticos electorales.

Basta ya de tanta degradación social, esa actitud tan despreciable de los sordos por conveniencia, que no logran escuchar el clamor de los desposeídos. Ellos pues también saben exigir lo que les pertenece por derecho y por justicia, hay que tener sentido común y ver el futuro objetivamente.

Desgraciadamente un pueblo consciente, que se libera de la venda que no le deja ver un futuro mejor con valor y con la seguridad de que Dios Todopoderoso le guiará en su camino a la liberación de la opresión.

Espero que los que tengan que ver con esta situación actúen ahora, o después será demasiado tarde. Y lo vamos a lamentar… ni Dios lo quiera.

Atentamente,

Pedro Echevarría

[b]Atrasos, ¡no![/b]

[b]Señor director:[/b]

Antes que nada permítame saludarle y, a la vez, desearle éxito en este nuevo año.

En la edición del pasado viernes, 2 de enero del año en curso del periódico HOY se publicó una información con el título «Miles de empleados no pudieron cobrar»; nos extrañó que en la referida noticia, en la que citaban varias empresas del Estado se incluyera a la Superintendencia de Electricidad (SIE) entre las que supuestamente no habían pagado a sus empleados.

Queremos aclararle que en la Superintendencia de Electricidad (SIE) se cumplió de forma normal con el pago a sus servidores. Hasta el momento, nuestra Institución nunca ha tenido problemas con el pago a nuestros empleados, quienes reciben su pago regular cada quincena, como está establecido.

Con sentimientos de alta estima y consideración,

Atentamente,

Carlos Nina Gómez

Encargado Unidad de Comunicaciones

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