CARTAS AL DIRECTOR
Adolescencia

CARTAS AL DIRECTOR <BR>Adolescencia

Señor director:
Se entiende normalmente por «socialización» la modelación de la conducta del niño por influencia de sus padres y otros adultos. A esto debemos agregar que los valores y las formas de conducta de los jóvenes influyen a su vez en la generación anterior y contribuyen de manera significativa a un cambio en los adultos que le rodean.

Uno de los efectos de la industrialización, ha sido la gran capacidad de movilidad geográfica de los individuos con la consiguiente ruptura de parientes, amigos, vecinos. La familia nuclear típica está asentada en zonas residenciales, urbanas y suburbanas, en las que la red de relaciones sociales es mucho menos rica y menos tupida que en las zonas rurales y que en las pequeñas ciudades. En las ciudades actuales, la vida social se caracteriza, por un gran frecuencia de contactos impersonales con desconocidos, lo cual trae como consecuencia muchas veces situaciones de alineación y en el caso de los niños, falta de contacto asiduo con los adultos que pueden ejercer una influencia socializante.

El vacío que resulta de estas situaciones lo llenan la televisión, y los grupos de pandillas entre nilos y jóvenes.

La influencia de la televisión sobre la juventud ha sido una constante, y ha desempeñado un papel muy importante en la determinación de los valores, las actitudes y las formas de conductas de los adolescentes. El resultado ha sido una dilución de la influencia de los padres, con el consiguiente entorpecimiento de la transmisión «vertical» de los valores sociales y culturales, en beneficio de su difusión «horizontal», es decir, de su propagación de unos grupos a otros.

Por otra parte la televisión presenta de «héroes» y alimenta una curiosidad incansable por cualquier novedad; más aún si tienen carácter sensacional. Bajo su influencia pueden prosperar las actitudes del cinismo y se pueden desacreditar las figuras de valoración positiva, con las que el niño se siente capaz de identificarse. Al mismo tiempo la televisión ha contribuido a reducir distancias entre los pueblos, achicar el mundo, al tiempo de promover una perspectiva universal.

La impactante influencia de la televisión en la agravación de la violencia es indiscutible. Los espectáculos de violencia ofrecido por la televisión a los niños constituyen un factor complementario de agravación de violencia social y favorecen a los jóvenes en la adopción de formas de conductas violentas.

La población adolescente ha tenido que pagar muy caras las ventajas de la sociedad tecnológica; la que ha ocasionado a los jóvenes infinitas complicaciones en materia de relaciones humanas y de seguridad personal.

El estudio sistemático de los problemas y quehaceres propios de las distintas fases de la adolescencia queda abierto a las perspectivas de interés que sirven para inculcar a los adolescentes conductas de adaptación adecuada.

Resultan interesantes los esfuerzos de iniciación de los adolescentes al ámbito de las distintas ocupaciones productivas, incluso antes de la terminación de la escolaridad.

Sólo una mayor comprensión y un conocimiento más cabal de los problemas de la adolescencia permitirá a las sociedades aliviar el paso obligado de las generaciones jóvenes por esta etapa capital de transición.

Atentamente,
Atahualpa Soñé

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