CARTAS AL DIRECTOR – Advertencia

CARTAS AL DIRECTOR – Advertencia

Señor director:

No soy de las personas que advierten sobre algo para luego decir: «Te lo dije». Pero la situación en que se encuentra el Partido Reformista Social Cristiano y lo que se ve venir, de seguir las cosas como van, hace oportuno recordar que si en vez de primarias para escoger nuestros candidatos presidenciales hubiésemos concurrido con candidaturas consensuadas, como en varias oportunidades y por diferentes medios propusimos, otro hubiese sido el resultado electoral o por lo menos en otra posición queda el partido.

Ahora veo como un reducido grupo se lanza en una veloz y descabellada carrera a colectar firmas de dirigentes a escondidas para producir acciones de renovación por una parte, y por otra, la resistencia tozuda y arrogante de los máximos dirigentes a la reorganización y apertura de las filas y dirección del partido sin lo cual es imposible avanzar.

Todos apuntamos contra Bello Andino, y sinceramente he llevado a creer que el hombre no actúa debido a las fuertes presiones y al chantaje que lo someten ciertos individuos que siempre actúan para proteger sus intereses personales y que jamás piensan en la suerte del partido. Parecen no entender que los tiempos evolucionan, las sociedades avanzan y cambian de métodos y sistemas periódicamente, lo cual implica el relevo de estilos y personajes sin que esto signifique derrota ni exclusión de actores a los que siempre habrá que tomar en cuenta por su experiencia que no podrá ser desdeñada por los nuevos dirigentes, por suficientes que estos sean, sin importar como se llamen ni la corriente que sigan.

Por eso me permito sugerir otra vez, la celebración de un pleno de dirigentes que reúna los 500 a 600 líderes más connotados y sensatos de toda la geografía nacional; para que estos escojan con transparencia y libérrimamente una comisión que se encargue de reestructurar el partido a la mayor brevedad, y entonces con los reales delegados que resulten seleccionados y debidamente válidos, proceder convocar la asamblea general para escoger democráticamente las máximas autoridades del partido y aprobar las reformas estatutarias que sean de lugar.

Si lo hacemos así quedaremos en condiciones de competir en los próximos comicios y jugar un buen papel; si seguimos como vamos, en vez de un ocho por ciento (8%) que obtuvimos, creo sinceramente que no llegaremos a un tres por ciento (3%). Y eso sería el epitafio de nuestro Partido Reformista que nos dejó Balaguer y parecemos incapaces de sostener.

Atentamente,

Noé Sterling Vásquez

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