CARTAS AL DIRECTOR
Al Presidente Fernández

CARTAS AL DIRECTOR <BR>Al Presidente Fernández

Señor director:
Debo admitir que antes del doctor Leonel Fernández ser elegido Presidente de la República le escribí una carta y posteriormente otra, ya Presidente electo. No hubo en ninguna de las dos intención de respuesta, ni siquiera de ser tomado en consideración, porque a pesar de todo, dicen los que vivieron la gloriosa era que cuando se escribiera al mandatario, y de eso existen muchas anécdotas, se recibía respuesta.

Pero mi deseo era expresarle al Presidente que saliera del rico despacho presidencial, que pusiera sus oídos en el corazón del pueblo, que no creyera todo lo que le decían sus funcionarios, y que siguiera día a día aquellas cosas que realmente interesan a los dominicanos y que fueron factor determinante en su victoria electoral.

Que dejara que los funcionarios se pensaran que los puestos eran para siempre, y que los mismos podían ser compartidos con sus amigos, queridas, familiares, seguidores, adulones, buscones y toda esa gama de vividores que merodean alrededor de los funcionarios.

Nuria Piera, esa excelente comunicadora, acaba de demostrar cómo se dirigen los comedores económicos, y muchos pensábamos que tras el reportaje ese señor sería mandado a su casa.

Pero lo mismo pasa en otras Secretarías, y dos ejemplos son la de Educación y de la de Cultura, donde se ha desconsiderado a muchas personas sin ser oídas, ni recibidas; canceladas con una misiva que lleva el encabezamiento de nuestra mayor consideración, sin mayor consideración, y lo mismo pasa en cientos de otros lugares.

Ahora lo que preocupa es que el Presidente ha salido a los pueblos, está llenando el país de promesas, repitiendo consejos populares ya hechos por otros gobernantes, donde incluso, en el de Jorge Blanco se regalaban sobrecitos con algunos dineros en el de Hipólito y de Balaguer, pero es casi seguro que nada se hizo.

Y es así porque cuando uno veía los de Hipólito, para rememorar a Radhamés Gómez en una de sus leídas columnas, parecía que todo estaba hecho, por lo que ahora nos extraña que viendo las de el nuevo gobierno todo aparece sin hacer, y algunos llaman al gobierno pasado un gobierno que solamente hizo letrinas y porquerías para supuestamente justificar su endeudamiento.

Yo creía, y vi que las cosas no eran así.

Pero debe saber el Presidente que en eso se está jugando el futuro político del país y de la confianza que debe tener el país en su sistema, pero igualmente se juega su futuro político y el de su partido en medio de la inminencia de unas elecciones de medio tiempo.

Es bueno que el Presidente sepa las cosas, que sus ayudantes, su secretaria tengan por lo menos la delicadeza de tomar en serio cuando un ciudadano aspira a una entrevista con el presidente, porque en definitiva en un país donde el Presidente es un Emperador hay cosas que solamente las puede resolver él.

Le pedí, Presidente, que gobernara diferente, que saliera del Palacio; ahora, por el bien suyo y del sistema que nos hemos dado los dominicanos le pido que no prometa demasiado, que no crea en sus funcionarios, que no diga que lo peor de la crisis ha pasado, que recuerde que somos una nación de semi-analfabetos, y otra mitad de alfabetizados funcionales que no menos tenido la suerte de usted, y por lo tanto lo creemos todo, y entendemos las cosas como nos viene en ganas.

Sea prudente, y mire a las bases de su partido, y al pueblo que le cree y le confía sus esperanzas, porque no es posible que en una sola casa haya seis empleados solamente porque el papá es presidente del PLD en un pueblecito del Sur, cuando ninguno de ellos salió nunca ni a una caravana ni a un mitin; simplemente con un letrerito en la puerta vuelve el progreso.

Claro, el de ellos y sus familiares.

Así no llegamos, Presidente; recuerde al maestro: o jugamos todos, o se rompe la baraja.

Atentamente,

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