Señor director:
Gracias por la publicación de mi artículo Altagracia Andújar, una maestra que salió el pasado viernes 12 de agosto en la página editorial del periódico que usted dirige. Sin embargo, no le voy a negar que la publicación de la semblanza de Altagracia se vio empañada por la fotografía que acompañó a la misma.

¿Por qué poner una fotografía? ¿Quiénes dio autorización para exhibir el rostro de Altagracia deformado por la enfermedad en su etapa terminal? ¿De dónde la sacaron?

Por favor, si mi artículo iba en ese tenor. A pesar de todo, Altagracia mantenía su alegría y deseos de vivir. ¿Por qué mostrarla? Ya bastaba con mi artículo. No precisaba de la simpleza contenida en una fotografía gris y descuadrada.

Yo y todos sus familiares, y todos los que la queríamos, hemos lamentado este incidente, por demás irreparable y grotesco.

Con saludos de,

Lourdes Camilo de Cuello

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Seguridad ciudadana

Señor director:

En nuestro país la situación de violencia y delincuencia continúa impactando a la sociedad en forma cada día más preocupantes. Las autoridades anuncian planes de Seguridad Ciudadana, que esperamos sean diseñados tomando en cuenta estudios acerca de los diversos componentes y esfuerzos a realizar.

Todos esperamos que este nuevo plan no sea una reedición de propuestas anteriores en las que el aspecto fundamental ha sido la represión, que sabemos no es la solución a problemas que como estos tienen raíces muy profundas en la sociedad dominicana.

Parece que es un consenso ya que el problema que representa el tráfico y consumo de drogas es un componente importante en el desarrollo, crecimiento y permanencia de la violencia y la delincuencia que nos afectan. Sin embargo, el país no cuenta con planes estratégicos para enfrentar el problema, a pesar de que hace ya más de 17 años que se fundaron organismos como el Consejo Nacional de Drogas. En el tema de las drogas a nivel de políticas de prevención seguimos dando palos a ciegas. Las entidades sociales que trabajamos para acompañar a la sociedad, seguimos siendo ignoradas. Esto refleja que aún no se asume el fenómeno de las drogas en sus justas dimensiones.

Un plan de Seguridad Ciudadana, deberá establecer controles más estrictos al consumo de las drogas legales alcohol y tabaco, como ha planteado la Fiscalía del Distrito Nacional. En la actual ley de drogas (50-88), tabaco y alcohol ni siquiera se consideran como sustancias psicoactivas, cuando son las que producen mayores daños a la población del todo el mundo.

Un plan de Seguridad Ciudadana deberá establecer mecanismos de control de la corrupción que parta de los más altos niveles de la sociedad y llegue hasta los más elementales, como son los agentes del orden en barrios y comunidades, muchas veces denunciados como protectores de vendedores, delincuentes y traficantes de drogas ilegales.

Sugerimos estudiar forma creativas para incentivar el ahorro familiar. Una de ellas es controlar los juegos de azar que también crean adicciones tan difíciles de recuperar como las que se generan por el uso de sustancias.

Desde Casa Abierta esperamos que los planes de Seguridad Ciudadana que se anuncian partan de un análisis que no excluya o desdeñe los esfuerzos que se hacen en las comunidades. Son los ciudadanos y ciudadanas, sus organizaciones e instituciones, los verdaderos y más idóneos guardianes de sus espacios. Es necesario también aprovechar las experiencias de las instituciones sociales que han trabajado contra las drogas con todas las precariedades del mundo, a pesar de que las leyes especializan recursos para su labor.

Atentamente,