CARTAS AL DIRECTOR
Conciencia y ahorro

CARTAS AL DIRECTOR <BR>Conciencia y ahorro

Señor director:
Los dominicanos hemos en sentido general aprendido en medio de la dificultad en medio de las crisis a superarnos y a salir hacia delante venciendo todos los obstáculos que se nos han cruzado en el camino desde los años que antecedieron a nuestra Independencia Nacional hasta nuestros días, nuestro pueblo ha avanzado lento pero firme en la búsqueda de mejores horizontes.

El pueblo dominicano está conformado por gente buena, por gente honesta, trabajadora, por gente dispuesta a trillar el camino del éxito, el camino del desarrollo del progreso pero debemos aprender a administrarnos en medio de cualquier crisis que se nos presente en el aspecto particular y en sentido general, porque en la medida que como nación hemos ido rompiendo el aislamiento en que nos encontrábamos hace algunos años, ello también arrastra dificultades.

Hoy día podemos en nuestro país exhibir mucha prosperidad, crecimiento poblacional, muchas residencias lujosas, muchos vehículos lujosos y costosísimos, también mucha pobreza pero pobres y ricos hemos aprendido a convivir unos con limitaciones y otros con abundancia; no nos hemos peleado, salvo los conflictos individuales o aislados que en cualquier conglomerado humano siempre se presentan y que nadie puede evitar que ocurran.

En los actuales momentos a los países pobres o en desarrollo como la República Dominicana nos asecha un poderoso enemigo que amenaza con desestabilizarnos política y socialmente; ese enemigo poderoso es el petróleo, un producto codiciado pero que no lo producimos pero lo necesitamos porque de él se sacan como derivados cantidad de productos necesarios para la vida de cualquier nación o país.

Mucha gente en nuestro país, ojalá estar equivocado, no ha hecho conciencia de lo que significa la escalada alcista que se está produciendo en los precios del barril de petróleo en los mercados internacionales comportamiento al parecer que no se detendrá en corto tiempo por la situación de conflictos en los países productores del crudo.

En los actuales momentos que viven las naciones pobres con deseos de desarrollo como la República Dominicana se impone la adopción de medidas urgentes tales como ahorro de combustibles, de electricidad y de agua, tres componentes de servicios básicos que deben estar garantizados para todos los habitantes de nuestro país, pero que se desperdician en grandes cantidades.

En lo que concierne a la electricidad son muchos los kilovatios hora que se desperdician y que el Estado tiene que pagar en dólares y a un costo muy elevado; para comprobar esta afirmación basta con salir a cualquier hora del día y por cualquier sector urbanizado y se puede observar la cantidad de bombillas encendidas en galerías, marquesinas y otras áreas exteriores.

Todo esto ocurre por la falta de conciencia de la mayoría de la gente en entender que la electricidad cuesta dinero, debemos pagarla, y también que debemos ahorrarla; lo mismo pasa con el agua y con los combustibles.

En el caso de los combustibles en estos momentos la situación se torna más preocupante, porque los niveles alcanzados por el barril de petróleo nos colocan en una situación bastante difícil y sólo podemos compensarla si la población adopta una posición patriótica y de conciencia de que no podemos seguir despilfarrando combustible sin ningún control, no podemos continuar la práctica tradicional de que el que tiene dinero para llenar el tanque de su vehículo y gastarlo en un día que lo haga.

Debemos entender todos, gobierno y población, que se impone el sacrificio de ahorrar combustibles, de dejar nuestros vehículos estacionados y utilizar el transporte colectivo para desplazarnos en ocasiones que se puedan y agruparnos como familia, como conglomerado social, para trasladarnos a determinados lugares comunes tales como playas, ríos, fincas y trabajos, y de esa manera ayudar al ahorro de combustibles que se impone en los actuales momentos.

No entender esta realidad puede conducir al país a una situación insostenible e inviable y entonces luego lamentarnos todos, gobernantes y gobernados, ricos y pobres, los que tienen vehículos y los que andan a pies. No dejemos que el gobierno resuelva solo porque es responsabilidad de todos y esencialmente de los que hacemos opinión pública, de los políticos y en sentido general de toda la sociedad organizada.

Atentamente,

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