CARTAS AL DIRECTOR
Del Banco Central

<P>CARTAS AL DIRECTOR <BR>Del Banco Central</P>

Señor director:
Hemos leído con sumo agrado su interesante editorial de la fecha en el que se hace eco de las buenas noticias dadas por el Banco Central de la República Dominicana sobre el crecimiento de 5.8% del Producto Interno Bruto PIB durante el primer semestre de este año 2005.

También nosotros, en el Banco Central, nos hemos sentido regocijados por esta esperada oportunidad de ofrecer informaciones alentadoras acerca de la buena marcha de la economía, sobre todo después que el país atravesara por una de las crisis económicas más severas de su historia, con alta inflación, tipo de cambio inestable, contracción de la economía e incumplimiento de pago con los acreedores internacionales.

Dando un vuelco espectacular que la historia se encargará de registrar, hoy, gracias a la aplicación de una correcta política monetaria y fiscal, el país exhibe no sólo un notable crecimiento de 5.8% del PIB en el primer semestre de este año, sino además un tipo de cambio estable (en alrededor de RD$29.00 por US$1.00), una inflación acumulada enero-junio de 2005 de sólo 0.82%, y por primera vez en los últimos 30 años, una inflación anualizada, medida de julio de 2004 a junio de 2005, de menos -0.98%.

Además, como muestra del proceso de franca recuperación económica por el cual nos enrumbamos, las reservas internacionales líquidas o reservas netas son de alrededor de US$700.00 millones (luego de que se encontraran en un nivel negativo de 17.9 millones en agosto de 2004), y las reservas brutas son suficientes para garantizar al menos tres meses de importaciones.

Si a estos sólidos indicadores unimos, señor director, la normalización en el servicio de la deuda externa y su renegociación a través del intercambio de bonos soberanos y las negociaciones con el Club de París, así como el restablecimiento de la sostenibilidad fiscal; podemos afirmar, sin temores, que definitivamente hemos retomado el sendero del crecimiento.

Claro que, como bien usted señala, estas cifras resultarían frías si no se traducen en un bienestar concreto para la población. En sentido general, estos logros ya se reflejan en la mejoría de la calificación de riesgo del país, en el regreso de los capitales extranjeros como consecuencia del mejoramiento del clima de inversión, y más que nada, en el retorno y afianzamiento de la confianza, actitud indispensable para que los buenos resultados obtenidos hasta el momento se prolonguen en el tiempo.

Si bien el sorprendente crecimiento conseguido este semestre parece no incidir directamente en los bolsillos de la ciudadanía, hay que reconocer que la situación de la población es innegablemente mejor ahora que hace doce meses, en cuanto se han eliminado los sobresaltos por un tipo de cambio inestable, se ha aportado mayor poder de compra gracias al incremento en los salarios reales, y se ha mejorado la posibilidad de inversión por la disminución significativa de las tasas de interés. Superando el momento de crisis, la estabilidad y el ligero descenso en los precios de los productos masivos ha eliminado el costo que los más pobres estaban pagando por su solución.

Son, como usted dice, buenos indicadores, pero no nos ufanamos de las cifras en sí. Lo que nos entusiasma, lo que realmente nos llena de orgullo y a la vez nos compromete a seguir trabajando sin descanso, es saber que en el corto plazo este restablecimiento de la estabilidad macroeconómica se traducirá indefectiblemente en beneficios para la población en materia de salud, educación, alimentación y calidad de vida.

Celebramos con usted estas buenas nuevas y nos preparamos para festejar el bienestar colectivo que pronto habrá de venir, fruto de una labor disciplinada, constante y con visión de futuro.

De mi más alta consideración y estima,

Lic. Clarissa de la Rocha de Torres,
Vicegobernadora en funciones de Gobernadora

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