CARTAS AL DIRECTOR
Escenario de la Muerte

CARTAS AL DIRECTOR <BR>Escenario de la Muerte

Señor director:
El tiempo transcurre, la muerte nos avizora, es el festival fúnebre donde el odio se concretiza y el amor se esfuma en el camino enigmático de la desesperación. ¿Dónde estamos? o ¿dónde nos encontramos? Creo que estamos en el abismo donde caemos precipitadamente por la falta de cordura y de buenos sentimientos: es el camino cubierto de cizaña por el cual encontramos el acibar para brindar por él, es la carrera desenfrenada donde nuestros jóvenes caen de manera fortuita y cobarde y a los que se implementa por los torpes que nos dan orientación, de nada nos sirve porque nos dejan un vacío en la conciencia de muy pobre sapiencia.

Las mayores causas se las endilgamos a los estupefacientes pero nos olvidamos de nuestras buenas costumbres, que se obtienen a través de una buena formación que es la que ha caído por el despeñadero, carente de la enjundia moralista que nos cobra la sociedad, pero este cobro está revestido por malas querencias que ha caído en el fango putrefacto de un circulo vicioso, y ese circulo ni es ecuánime ni tampoco sosegado.

¿Dónde están los abnegados para luchar por el bien de nuestros jóvenes? Creo que el dinero ha tenido más valor que cualquier ser humano y éste se cobra a cambio de una vida en el sendero de la apetencia fatal.

Nuestro pueblo está huérfano o muere junto a su juventud porque le falta comprensión para erradicar el rencor que se va enquistando en los corazones enfermos, preñados o embarazados de odios que paren o aveces abortan con el arma en las manos para destruir aquel ser indefenso o llámese culpable sin saber perdonar.

No sabemos perdonar porque nuestra cultura es matar, arrancar una vida. Muchas veces parangonamos con orgullo «Baní ciudad limpia» estamos limpios en lo material pero estamos muy enfermos en los espíritual, hecho que se manifiesta por nuestra arrogancia y terquedad.

Nuestro deber es brindar amor en cada paso que damos, nunca querer hacer leña del árbol caído para llevarla al fuego. Hagamos trabajos en equipo, apartémonos de los mal llamados políticos. No abonemos el clientelismo político porque estamos sembrando en lo árido o estéril.

Creamos un solo bloque a favor de los oprimidos, seamos abiertos, apartémonos de las críticas destructivas y brindemos a nuestros jóvenes sabiduría sin caer en albeorío. Lo que necesitamos es orientar e incentivar y desarroparnos del mal. Basta con las tantas cosas que nos atañen, no tratemos de ofrecer luto, ofrezcamos el traje de la concordia.

Nuestras autoridades gubernamentales en la rama de la educación que aborten su polituquería barata, que brinden a nuestros jóvenes sabiduría y repetemos su libre albedrío compensado con lo conductual bajo el manto de la disciplina llevando la orientación por todos los rincones sociales.

Que se creen patronatos por doquier pero para que trabajen en bien de nuestros jóvenes auspiciado por charlas y otras actividades que nos permitirán crear una base fundamental con eslabones más sólidos y apartarnos de aquellos que están corroídos por el tiempo y la fragilidad. Debemos hacernos de las herramientas más adecuadas para encauzar nuestros jóvenes por caminos sanos y no convertirlos en chivos expiatorios haciéndolos llamar delincuentes, mientras más se anuncia un producto por más bajo que sea, más pronto se expande en el mercado, porque tanto se le da a un objeto, que llega a erosinarse.

¿Qué se le ofrece a nuestros jóvenes?, ¿Qué se le ofrece a los padres de estos jóvenes? ¿Querellas y tormentos? ¿Dónde están las bibliotecas barriales? Solo se le da mucha carpa y mucha bomba. ¿Dónde están las unidades móviles para pasar fílmicas educativas y orientadoras? ¿Las estamos buscando? ¿Por qué se piden charteles para los barrios? ¿Para meter miedo? Instalemos bibliotecas. ¿Son estos elementos educativos? ¿Si o no?

Nuestros jóvenes están desorientados, llenos de pánico. Si están juntos, los vigilan, los asedian, los intranquilizan porque los acusan de usar drogas. Debemos implementar curso de alfabetización y otros niveles en barrios y zonas rurales para romper los grupos y romper los caprichos. ¿Qué ofrecen nuestras autoridades como entretenimiento? ¡Nada! y si ofrecen es esporádico o eventual.

Es el ejemplo de un hijo mío, que una vez se encontraba con unos amigos, y una mujer policía le pidió a los jóvenes que le brindaran media cajetilla de cigarrillos. Entono amenazante le dijo: -Si no me dan los cigarrillos, llamo a la Policía y le diré que ustedes están fumando drogas. Así fue, los muchachos fueron apresados y encerrados en el cuartel policial, luego despachados al otro día, por la insistencia de Don Fernando Herrera, que conocía la familia de todos los jóvenes, el cual se sintió muy mal por esta acción.

No por esto, el señor Herrera fue humilde, bondadoso, un gran servidor. Como banilejo muy distinguido por sus obras en bien de este pueblo. Este es un ejemplo patético de una sociedad donde algunos elementos usan como instrumento el mal, para confundir la opinión pública y ellos escudarse. Hoy esos jóvenes son profesionales y buenos esposos como ejemplo de laboriosidad.

Ayudemos los jóvenes de hoy a no descarriarse y levantemos nuestra moral y la de ellos.

Atentamente,

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