Señor director:
Entre los deberes que imponen los Estatutos a los miembros del PLD hay dos en el Acápite i) del Art. 9, que merece la pena destacar en estos momentos. Ese Acápite manda a los miembros del PLD, entre otras cosas, «a ser humildes y solidarios con sus compañeros». Pero algunos, cuando se convierten en funcionarios del gobierno, parece que se les olvidan esos deberes, pues la humildad la cambian por prepotencia y la solidaridad por «si te he visto no me acuerdo». Esta realidad está bastante generalizada hoy, pero la vamos a explicar mejor con un ejemplo concreto.

Como se sabe, la Secretaría de Estado de Medio Ambiente le fue entregada a un partido aliado y aunque varios Subsecretarios son del PLD, en realidad ellos no tienen ningún poder político en esa Secretaría y en consecuencia no les ha sido posible mostrarse solidarios con sus compañeros de Partido. Ahora bien, el PLD dispone de una Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y alrededor de ella se han organizado decenas y decenas de compañeros profesionales y técnicos de las diversas áreas temáticas que abarca este amplio sector.

Muchos de esos compañeros que conforman Equipos de Trabajo, Comisiones Nacionales y Regionales y Movimientos de Apoyo, fueron los que en el gobierno anterior del PLD hicieron la Ley General de Medio Ambiente y Recursos Naturales, conocida también como Ley 64-00; fueron también los que hicieron el Programa de Gobierno del PLD para este período 2004-2008 (que por cierto no se está ejecutando como debe ser) y fueron los que hicieron en el período de transición pasado el Plan de Acción de Gobierno.

¿Donde está entonces la falta de solidaridad que estamos reclamando con la intención de que le pongamos algo de remedio en los Estatutos del Partido?. Está en muchos Secretarios de Estado, Directores Generales y funcionarios de primera línea, que por la naturaleza o compromisos contractuales de las instituciones que dirigen están obligados a emplear técnicos especializados en la temática de agua, energía, aire, suelo, corteza terrestre, flora, fauna, zonas costera y marinas, gestión ambiental y educación ambiental, entre otras. Esos funcionarios, excepto uno, ni siquiera han tenido la gentileza de llamar al Partido para saber si tenemos disponibles los técnicos que requieren sus instituciones. Hay incluso un Secretario de Estado que ha tenido la «cachaza» de nombrar dos asesores que todavía estaban calientitos como ex-Subsecretarios de Estado de los 4 años del gobierno del PRD/PPH, en áreas donde al PLD le sobran técnicos. ¡Válgame Dios! La excepción a la regla fue del compañero Frank Rodríguez, Director Ejecutivo del Indrhi, quien solicitó a nuestra Secretaría un técnico especializado que de inmediato le fue satisfecho.

¿Qué podemos hacer para remediar esa situación?. Estatutariamente, lo que propongo es hacer más explícito el deber de la solidaridad entre compañeros, agregando al final del Acápite i) lo siguiente: «La solidaridad como obligación entre compañeros, debe manifestarse con más fuerza en aquellos que asumen funciones de liderazgo y posiciones de poder, en instituciones públicas o privadas».

En cuanto a la obligación de implementar desde el gobierno el Programa del Partido, propongo agregar al final del acápite b) del mismo Art. 9, lo siguiente: «Cuando el Partido asume el poder del Estado, los compañeros con funciones de gobierno, sean éstas de dirección u operativas, están en el deber de ejecutar el Programa de Gobierno que haya sido diseñado por el Partido».

Atentamente,
Paino Abreu Collado