Señor director:
En la página Para Recordar de la sección Vivir del diario HOY de su digna dirección, correspondiente al sábado 12 de marzo del 2005 apareció una fotografía del general Ludovino Fernández Malagón y al pie de dicha fotografía se decía Aniversario. El día 13 recién pasado se cumplió el cuadragésimo tercer aniversario de la muerte del general Ludovino Fernández, muerto a tiros por el coronel Ney Lluberes en San Juan de la Maguana, etc. etc.

El propósito principal de esta misiva es enmendar el aniversario, pues ese suceso trágico ocurrió realmente el día domingo 13 de abril de 1958.

Lo que quiere decir que el aniversario será ciertamente el mes que viene. O sea en el próximo mes de abril, el día miércoles 13. Y el aniversario no será el cuadragésimo tercero sino el cuadragésimo séptimo.

Como una de esas sentencias de la historia, el miércoles 13 de abril de este año los hijos del general Fernández también recordarán que en el mes de abril de 1917 su abuelo Mauricio Fernández Veras enfrentó a tiros a una patrulla de los invasores del año anterior; recordarán que en abril de 1951 falleció su abuela Aurora Malagón Pérez y por igual que el domingo 11 de abril de 1954 falleció su tío el coronel Juan María Fernández Malagón.

¡Abril, siempre abril!

El 24 de abril de 1965 sonó el gran aldabonazo que dio inicio al Movimiento Constitucionalista que con mucho celo había concebido el coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez quien sería muerto por los invasores del 28 de abril de 1965.

Son sentencias de la historia. El abuelo de Rafael Tomás había enfrentado en el Arroyo de Puñal a los invasores de la misma pelambre y de la misma ralea. El abuelo enfrentó en abril de 1917 a los intrusos que nos ocuparon en el 1916.

Atentamente,

J.A. Núñez F.

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¿Qué pasa?

Señor director:

No se equivocan quienes no establecen diferencias esenciales entre los partidos de la Liberación Dominicana, Revolucionario Dominicano y Reformista Socialcristiano. Los tres son más o menos la misma cosa.

Hay gente preocupada por las amenazas constantes que hacen perredeístas al gobierno, acusándolo de perseguir sus miembros por supuestos actos de corrupción, y se habla, entonces, de que se pone en peligro la gobernabilidad.

Vamos por un camino muy bien asfaltado, pues las amenazas perredeístas tranquilizan a un tranquilizado gobierno que no tiene deseo alguno de castigar corruptos.

Mientras tanto, los reformistas ven desde el otro lado de la calzada, pero metiéndole banderillas al gobierno, dando a entender que se aliarán al PRD.

Estos tres partidos políticos pueden formar una especie de aceite tres en uno con el cual engrasan el carro de la corrupción, que solo será aniquilado, destruido, cuando surja una verdadera revolución no guerra encabezada por hombres y mujeres a quienes desagraden los dineros ajenos y solo se preocupen por el bienestar de su patria.

Atentamente le saluda,