CARTAS AL DIRECTOR
Futuro del catolicismo

CARTAS AL DIRECTOR <BR>Futuro del catolicismo

Señor director:
El Papa Juan Pablo II ha muerto. Todo el mundo católico está de luto y entristecido por el deceso de este líder espiritual, jefe de una de las religiones más importantes del planeta.

Los 26 años de Papado de Karol Wojtyla le dieron un notable impulso a la fe cristiana. Mil millones de personas asumen la fe católica en todo el mundo y es justo destacar que este carismático Papa fue un gran promotor del paradigma cristiano, especialmente en la juventud.

Por eso ese billón de católicos llora desconsoladamente la muerte de quien para ellos es el sustituto de San Pedro.

Aunque era doctrinalmente conservador, el Papa Juan Pablo II asumió posiciones críticas sobre varios temas sociales y económicos. En ese sentido, fue un crítico de la Globalización y del Neoliberaslismo Económico, y lo definió como capitalismo salvaje, criticó la Ley Helms-Burton que endurece el bloqueo económico a Cuba por EE.UU., se opuso firmemente a la Invasión a Irak por la coalición angloamericana, y fue propulsor de un diálogo y acercamiento de las religiones, logrando tener contacto y acercamiento con los líderes de las religiones Islámica, Judía, Ortodoxa Rusa, Ortodoxa Griega, entre otras.

Pidió con gran humildad perdón a los indígenas por el pasado, a propósito del cruento proceso de conquistas llevado a cabo en América en nombre de la evangelización.

También fue un duro crítico en contra de los pedófilos y homosexuales que se cobijan debajo de la sotana y que le han frustrado la vida a millares de niños y jóvenes, a quienes han violado, y pidió tolerancia cero para esos enfermos sexuales, sugiriendo que sean extirpados de la iglesia sin comedimientos.

Juan Pablo II fue un Papa viajero. En un interminable periplo caminó todos los continentes una y otra vez. En total visitó 129 países.

Viajaba de un lado a otro promoviendo los valores católicos, la fe en el monoteísmo cristiano, los valores humanos encarnados en esa religión y muy especialmente la paz y la tolerancia.

Nuestro país fue la primera tierra latinoamericana en ser visitada por el Papa en 1979. Volvió en 1984 y 1992 a la República Dominicana, donde también fue victoreado delirantemente por la feligresía católica, que en nuestra media isla es numerosa por haber sido impuesta esa religión durante el proceso de conquista llevada a cabo a partir del 1492, y que el dictador Rafael Leoninas Trujillo se encargó de convertir en religión oficial en la década del 50 a través de la Ley del Concordato, y que esperamos muy pronto el Congreso comience a revisar.

Juan Pablo II ha destacado que el futuro de la iglesia Católica estaba en nuestro continente. Valoraba el fervor católico en el Nuevo Mundo.

Su concepción conservadora se revelaba frente al aborto, el divorcio, su oposición al uso del condón y anticonceptivos en general y al mantenimiento del celibato, y fue notoria su hostilidad hacia la teología de la liberación y a quellos que dentro de la iglesia defendían sus postulados, y a nivel político su anticomunismo. Sobre esos temas no cedía un ápice.

A nivel de la base de la Iglesia Católica existe un gran movimiento cuestionador, que plantea poner fin al celibato para que los curas puedan casarse y procrear familia. Karol Wojtyla rechazó firmemente esta posibilidad.

La iglesia católica y el sucesor de Juan Pablo II tendrá necesariamente que readecuarse y modificar posiciones frente a estos temas fundamentales u otros credos le comerán el mercado de feligreses. El futuro de la preeminencia del catolicismo en occidente está asociado a la revisión de algunas de esas posturas que lucen desfasadas.

Atentamente,

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