Todo el país está harto de las EDES, las compañías eléctricas que nos venden los apagones desde hace años. Están cobrando lo que desean en las facturas que envían a los clientes, al parecer, sin leer los medidores o contadores, lo que provoca a diario una lluvia de reclamos en las oficinas de las EDES.

Pero la vivencia mas cercana que tengo es la de EDESTE, adscrita a la AES (Empresa Distribuidora de Electricidad del Este), que es la que me «vende» el servicio de energía y que cada unos 3 meses me duplica el monto de la factura, lo que también ocurre con decenas de personas, y cuando se reclama en la oficina de esa empresa en Gazcue, se informa que al  verificar el medidor todo estaba normal.   

Mientras tanto, el cliente, impotente, se ve obligado a pagar esa factura (infectada de largos apagones) para evitar el pago por mora de 2.86% ó el corte del «servicio» por el que para restituir hay que pagar.   

Hay casos de clientes a los que esa empresa le va acumulando deuda, al tiempo que pagan su consumo mensual, y cada cierto tiempo le cobra de manera compulsiva «la deuda vieja», que el cliente se rehúsa a pagar. Nunca ningún ejecutivo da la cara, siempre son los empleados de abajo que no tienen decisión a no ser que hay que pagar la factura.

Ocurre además que cuando se denuncia el robo de energía en una casa, EDESTE dura dos y tres semanas y no envía a nadie a averiguar, y cuando se le reitera ese robo, un empleado le dice al denunciante que debe ir la sede del PAEF (Programa Nacional de Apoyo a la Eliminación del Fraude). Ese organismo fue creado por decreto para proteger a las EDES del robo de energía, por lo que son esas empresas y no los clientes, las que tienen que notificarle las denuncias de fraudes de energía.

Ante los abusos de las EDES, los consumidores que pagamos la energía no tenemos quien nos defienda, porque la Superintendencia de Electricidad que es el organismo investido para ello, no cumple su papel.

Muchos consumidores que se sienten burlados por las EDES, cuando les cobran facturas abultadas, de consumos no justificados, están contemplando demandar ante la justicia a esas empresas para que se ajusten a las leyes del país.  

¿Quién podrá salvarnos?

Atentamente,
Evaristo Rubens