CARTAS AL DIRECTOR
Pornografía digital

CARTAS AL DIRECTOR <BR>Pornografía digital

Señor director:
El proceso de globalización que vive el mundo ha provocado una revolución tecnológica en la comunicación y la información, que ha impactado en el más apartado rincón del planeta, quedando reflejada en la República Dominicana con el fenómeno nuevo de la pornografía digital o la venta de sexo por la Internet.

Nuestro país ha sido afectado negativamente con el impacto de la pornografía en la red, debido a que decenas de niños, niñas, adolescentes, jóvenes y hasta mujeres casadas han sido colocadas en diversas páginas de Internet con el interés de promoverles como objeto sexual en el exterior, con lo que se daña el honor y la dignidad de estas personas.

La aparición de modernas tecnologías de la comunicación en el mundo ha facilitado el surgimiento del fenómeno nuevo de la pornografía digital, una poderosa industria que genera miles de millones de dólares y en la que están involucrados ciudadanos de distintas nacionalidades.

En la Red de Internet existen en la actualidad alrededor de 260 millones de páginas pornográficas en todo el mundo, lo que hace suponer que este constituye un negocio globalizado, lucrativo, participativo y pernicioso, en el que están involucradas millones de personas.

Nadie ignora que en el negocio de la prostitución en las Red participan miles de niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos en todo el mundo, especialmente exhibiendo en forma inhumana sus cuerpos o vendiéndose como un producto sexual, con lo que se le está violentando la dignidad.

De acuerdo con las estimaciones que se han hecho, el sucio negocio de la pornografía digital y tráfico de mujeres, niños, niñas y adolescentes en el mundo mueve miles de millones de dólares, siendo uno de los delitos internacionales que más dinero genera y en el que más personas participan, sólo detrás del narcotráfico y el tráfico de armas.

En el caso de la República Dominicana esta situación se ha presentado de forma escandalosa, específicamente en la ciudad de Santiago de los Caballeros, donde decenas de mujeres de diversas barriadas y comunidades han sido colocadas en la Red de Internet como Dios la mandó.

La situación se agravó porque en esta página fueron colocadas imágenes de mujeres casadas, niñas, niños y adolescentes de barriadas y comunidades humildes de Santiago, con lo que se le ocasionó un daño moral, sin que los autores de estas prácticas sean sancionados por las autoridades que están llamadas a aplicar la ley en este sentido.

Al respecto, el nuevo Código para el Sistema de Protección de los Derechos Fundamentales de los Niños, Niñas y Adolescentes, creado recientemente en la República Dominicana mediante la Ley 136-03, en su artículo 25, prohíbe la comercialización, prostitución y la utilización de la pornografía de niños, niñas y adolescentes.

De acuerdo con el párrafo primero de este artículo, «se entiende por comercialización de niños, niñas y adolescentes todo acto o transacción en virtud del cual un niño, niña o adolescentes es transferido por una persona a otra, a cambio de remuneración o cualquier otra retribución.»

También establece el mismo artículo que para estos fines se sancionará ofrecer, entregar aceptar por cualquier medio un niño, niña o adolescente con el objeto de explotación sexual, venta y/o uso de sus órganos, trabajo forzoso o cualquier otro destino que denigre a la persona del niño, niña o adolescente.

La misma Ley 136-03, en su artículo 25, párrafo 11, expresa que se entiende por prostitución de niños, niñas y adolescentes la utilización de cualquiera de éstos o éstas en actividades sexuales a cambio de remuneración o de cualquier otra retribución.

El párrafo 111 del mismo artículo 25 establece que se entiende por utilización de niños, niñas y adolescentes en pornografía toda representación, por cualquier medio, de niños, niñas y adolescentes dedicados a actividades sexuales explícitas, reales o simuladas y toda presentación de las partes genitales de niños, niñas y adolescentes con fines primordialmente sexuales.

Nuestras autoridades están en la obligación de actuar con urgencia en contra de los autores de esta práctica inmoral de involucrar a personas en el ejercicio de la prostitución, sobre todo para evitar que sigan engañando a humildes niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos de campos y barrios de nuestro país.

Atentamente,

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