CARTAS AL DIRECTOR
¡Qué no voten!

CARTAS AL DIRECTOR <BR>¡Qué no voten!

Señor director:
Le solicito publicar esta carta dirigida al presidente del país y al secretario militar:

«Con el respeto que merecen les dirijo la presente carta pública para referirme a la afirmación que hace el secretario Pared Pérez de que los militares están preparados para votar por lo que estoy absolutamente de acuerdo, porque el militar recibe orden y cumple orden, y de seguro que cada uno va a votar por el candidato de su agrado. Los que no están preparados para que los militares voten son los partidos políticos y los líderes políticos porque sin ninguna duda se van a disputar el voto de los militares: ¿Quién ofrece más prebendas y privilegios? ¿Quién lleva los sueldos más altos? Etc. etc.

«Imaginémonos un gobernante con un alto mando militar de la conciencia del que dirigió el ex secretario Soto Jiménez del gobierno anterior. ¿Qué candidato tendría un voto de las Fuerzas Armadas que no fuera el candidato del partido en el poder?

«Los militares personalmente se van a beneficiar de la situación pero iría en perjuicio de la institucionalidad de las Fuerzas Armadas y de la economía nacional.

«El suscrito no está de acuerdo con que los militares voten.

Atentamente,
Marcos Rivera Cuesta
General Ejército Nacional (R)

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Deber de partidos

Señor director:
Para poder seguir los dominicanos creyendo en los Partidos Políticos, principalmente en los llamados mayoritarios, han de demostrar que realmente han logrado la unidad, y que van a trabajar en beneficio de las grandes mayorías nacionales.

Elegir el actual gobierno, fue para muchos la solución única ante la realidad de lo malo que fue el de Hipólito Mejía, y del derrumbe del Partido Reformista, fue la alternativa que le dejaron a las mayorías nacionalzes

que vieron irse muriendo poco a poco su capacidad de medio vivir en un país con la más grande crisis de su historia.

Ahora cuando se sale a la calle, se visitan centros comerciales, se toman carros públicos, o guaguas de transporte, el grito es casi el mismo, no hay dinero, la cosa están peor, las rebajas en los precios de los artículos de primera necesidad no son reflejo de la baja en la prima del dólar.

Pareciera que nadie en el gobierno osa ponerse a tono con la realidad, y desde el propio Presidente de la República parece aislado, sometido ahora, como en el cuatrenio pasado, a cifras de organismos internacionales que nos pusieron increíblemente a crecer más que los Estados Unidos, pero no se sentía en los bolsillos ni en los estómagos de las mayorías.

Problemas como la salud, la educación, el trabajo, lejos de paliarse a casi un año del nuevo gobierno se han agudizado, y pareciera que la prensa en sentido general se han ido del lado del gobierno en busca de la tajada que les tienen que dar por haberse convertido de la noche a la mañana en abanderados de la causa del PLD, y del gobierno de Leonel.

Estamos ante una nación que ve como día a día se le miente, y como se preparan para darle en la misma yugular con nuevos impuestos, mientras nos hablan de una especie de panasea con el asunto de cinco mil productos libres de impuestos inmediatamente se apruebe el TLC, y que parece ser

el nuevo medio de que se vale el imperio para ponernos de rodillas.

Si los medios de comunicación no lo ven, si el gobierno sigue con sus anuncios de supuestas tarjetas de solidaridad, algo parecido a un nuevo peme, o al cuento de los trescientos pesos del pasado gobierno, cuando se sabe que son solamente medios para acallar las voces de los miembros del partido de gobierno que no están en la nómina del estado, estamos abocados a un estallido popular de terribles consecuencias en el futuro inmediato.

Y en el futuro es posible que nadie quiera ya volver a votar por los mismos partidos que nos han engañado, y aparezca un salvador que se puede convertir en un nuevo tirano.

Al gobierno, y todos, pero especialmente a los medios de comunicación, y a los que tienen algo que perder les resultaría mejor dejarse de mentir y ponerse a buscar

soluciones a los grandes problemas que acogotan hoy, al igual que ayer, al pueblo dominicano.

Atentamente,
Arturo Macarrulla

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