Hoy 
Señor director:
La Universidad Autónoma de Santo Domingo está expuesta en estos momentos a experimentar dos trascendentes rumbos, en función de la libérrima voluntad de los votantes de su próximo claustro elector, cuyos impactos podrían alterar su institucionalidad, en el marco del sosiego académico que exitosamente exhibe.
Ese brillante clima de estabilidad tuvo su génesis bajo la responsabilidad de un destacado equipo de vice-rectores, que hoy sirven de plataforma académica a la promoción del maestro Roberto Reyna como candidato natural para la rectoría de la UASD.
La universidad pública hay que conservarla para la promoción de los mejores valores nacionales, apartándola verticalmente de cualquier proyecto que tienda a aniquilar su avance. Debe continuar abierta, crítica y como modelo público a través de cada una de las ciencias humanas que la sociedad requiere. Pero sobre todo, para el aporte de fórmulas puntuales a los requerimientos socioeconómicos que demanda el país.
Ese proceso de fortalecimiento institucional está llamado a experimentar un impulso sostenible que Roberto Reyna garantiza, sostiene y ha venido promoviendo por más de tres décadas, en su legítimo afán de revolucionar propósitos para adecuar la academia por los mejores senderos. No sólo desde la honorabilidad como rector de la familia universitaria, sino como gran gerente coordinador de un equipo de gran experiencia que ha sabido estructurar, tomando como acopio a las múltiples corrientes organizadas en torno a una gestión de trascendencia universitaria. Pensando además en un proyecto de nación, colocando a la UASD como líder institucional en las formulaciones de propuestas que sirvan de insumo al estado.
Roberto Reyna entiende que la alta casa de estudios superiores debe actuar como prototipo científico en todos los órdenes del debate nacional, actuando como laboratorio en aras de elevar la calidad de vida de todos los dominicanos. No sólo en la preparación de excelentes profesionales, también en el diseño de proyectos laborales capaces de estimular a la juventud, a través del empleo alternativo promovido desde las aulas.
En la UASD está abierta la posibilidad del triunfo que monolíticamente actuará defendiendo la calidad educativa, competitiva y económica, alcance del más lejano rincón dominicano. Sin populismo clientelista que pueda patentizar acciones que amenacen su tranquilidad y expongan a los estudiantes a la inestabilidad programática del pasado.
En torno al proyecto Reyna rector se ha formado una gran cruzada constituida por todos los profesores, estudiantes y empleados que confían y defienden las propuestas reformadoras de su equipo. Frenando las improvisaciones y rechazando cualquier monitoreo político externo que sea capaz de obstruir sus planes de desarrollo al servicio de las mejores intenciones gubernamentales por el camino hacia el progreso.
Atentamente,
Ramón B. Ramírez Vásquez
