CARTAS AL DIRECTOR-¿Renovación del PRD?

CARTAS AL DIRECTOR-¿Renovación del PRD?

Señor director:
Nuestra sociedad reclama un relevo político, empresarial y social. El tránsito hacia la libertad iniciado el 30 de mayo de 1961 nos condujo hacia un período de transición donde el caudillismo y el clientelismo se hicieron determinantes en nuestros partidos políticos. De todos los partidos que han gravitado sobre los dominicanos desde la caída de Trujillo, tres son hoy en día los de más influencia en nuestro gobierno, en nuestros medios de comunicación y en nuestro empresariado.

De estos tres el PRD ha sido el menos personalista y el más progresista. No obstante, sus errores recientes lo expulsaron del gobierno y ahora amenaza con expulsarlo de sus espacios legislativos y municipales. Como es una organización determinante, lo que suceda en sus filas servirá de ensayo para los cambios que la sociedad debe acometer en otras áreas.

El PRD intenta renovarse en medio de una división entre quienes asumieron el papel de vanguardia histórica y los que entendieron que el mantenimiento del poder era superior a cualquier postura programática. Pero de la misma forma que no podrá haber renovación en otras áreas sin que se varíen primero comportamientos y se reconozcan errores, no podrá en el PRD haber reforma si solo se cambia de actores y no de obra.

La verdad que opaca todas las otras en el debate interno de esta organización, es que el deseo continuista de un grupo trastornó la vida institucional del partido y del país. Una organización que no respeta su historia y que no honra sus principios, no puede pretender representar una sociedad en el siglo XXI. La sociedad de la información es la heredera de la ilustración y en ella la transparencia es inobjetable. Los hijos de la era digital no serán representados por quienes maquillen sus actuaciones. No quiere esto decir que quienes se hayan equivocado no tienen forma de resurgir, si son transparentes en la admisión de culpas podrán participar de las luchas futuras.

Con eso en mente es que proponemos un reencuentro de la familia perredeísta. Un reencuentro basado en el deseo de que el PRD asuma su sitial histórico como el buque insignia de la libertad dominicana. La fórmula inicial para esto, no es una convención obviando los yerros que todos hemos cometido. La fórmula inicial es buscar la unidad admitiendo de manera resonante que la reelección fue un error y que sus principales promotores deben de ceder. Esto lo pueden hacer exigiendo ciertas garantías que serían justas dado el papel que han jugado. Ahora bien, si no lo entienden así y continúan pulsando por espacios de dirección contaminarán a las figuras emergentes que se les asocien.

Respetamos y admiramos a algunos dirigentes que están intentando participar en la convención convocada por una parte del partido. Y admitimos tentadora la oferta de algunos de los candidatos que se han lanzado, pues entre ellos hay quienes gozan del respeto de esta sociedad. Hay también entre ellos figuras jóvenes con trayectorias envidiables. Sin embargo, es pertinente hacer la advertencia siguiente: El PRD no podrá resurgir, si sus dirigentes pretenden seguir adelante como que lo sucedido en el proceso pasado no fue gran cosa. El PRD no podrá recomponerse sin que se le reconozca a los dirigentes que al lado del licenciado Hatuey De Camps asumieron el camino de defensa a los principios, a la mística, a los héroes y en fin a la esencia del PRD.

Atentamente,

Eduardo Sanz Lovatón

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