Señor director:
Por casi año y medio hemos estado viviendo la intranquilidad de una huelga médica que contrario a como muchos se expresan no es del agrado de los profesionales y técnicos del sector salud. Tampoco es del agrado de las autoridades, de los usuarios de los servicios de salud públicos y del Instituto Dominicano de Seguros Sociales ni de la población en general. Nos atrevemos a formular algunas propuestas que pueden ser de aplicación gradual en función de las disponibilidades reales de los recursos gubernamentales.

Es imprescindible para la viabilidad de la implementación de estas medidas que los centros de salud se mantengan mínimamente equipados y dotados de los insumos necesarios para que la población pueda recibir servicios de salud con calidad, oportunidad y satisfacción de usuarios y proveedores.

El grave deterioro del poder adquisitivo de nuestra moneda nacional en los últimos años consume los salarios de una parte de los médicos solo en combustibles, teléfono residencial, teléfono celular, Internet, pago del servicio de energía eléctrica y mantenimiento de un sistema de energía alternativo para enfrentar los déficits de suministro de la red pública. Es imposible cubrir otras necesidades como la educación de los hijos, la alimentación, el pago de las mensualidades de un apartamento adquirido a crédito o el pago del alquiler de una vivienda, la suscripción a revistas especializadas, participación en congresos, las diversiones y otras necesidades inherentes a los seres humanos. Otro muy importante segmento de los profesionales de la salud ni siquiera puede aspirar a la compra de un automóvil usado, a una vivienda modesta o a una computadora. Adicionalmente el elevado costo de rentar y equipar un consultorio privado es prohibitivo para quien no provenga de una familia adinerada. En consecuencia se hace necesario un reajuste general de salario base si nos disponemos a cumplir el artículo No.95 de la Ley General de Salud que ordena, entre otras cosas tomar en cuenta el costo de la vida para fijar el salario de los profesionales de la salud, así como su contratación por concurso de oposición.

La Ley General de Salud establece claramente en su artículo No.90 la aplicación de los incentivos laborales y la formación y capacitación de los recursos humanos en salud como prioridades. Igualmente en su artículo No.91 ordena aplicar la metodología de evaluación del desempeño. En su artículo No. 96 se manda implementar un régimen de escalafón y de incentivos basado en criterios de distancia, antigüedad y otros de diversas naturalezas. Considero que es una muy valiosa oportunidad para tratar estos temas en las negociaciones entre el Colegio Médico Dominicano y las autoridades gubernamentales, con lo cual estaríamos contribuyendo al fortalecimiento del nuevo modelo de salud. El pago de los servicios de guardias ya no puede demorar más para evitar la injusticia de que estas importantísimas horas extras laboradas en días festivos, horarios nocturnos y madrugadas continúen sin compensación económica como se le retribuye hasta al más humilde jornalero. No deben ganar igual los médicos que hacen guardias y los que no las hacen. La justa distribución a los docentes de pre y postgrado, al igual que la mejoría de los programas de residencias médicas se hacen imperativas para la formación de los profesionales de la salud con el nuevo perfil demandado.

Atentamente,