CARTAS AL DIRECTOR
Tiene razón

CARTAS AL DIRECTOR <BR>Tiene razón

Señor director:
Tengo la dicha de conocer la isla entera, mi país por todas sus regiones, y desde Santo domingo hasta Puerto Príncipe, porque siempre he creído que los dominicanos no nos preocupamos por ver y saber lo que existe en el otro lado.

Por ejemplo, los haitianos en su gran mayoría hablan español, enredado, pero lo hablan, y nosotros no sabemos absolutamente nada de creol, lo que en cualquier aspecto nos pone en desventaja ante nuestros vecinos.

He leído, como siempre, sumamente interesado por todo lo que escribe, la columna de la periodista Marien Capitán sobre el abandono, la miseria y el desconocimiento que tenemos del llamado sur profundo, al que solamente acuden los politiqueros en busca de los pocos votos que allí se obtienen.

Pero recuerdo haber visitado en varias ocasiones ese Sur falto de agua, desprovisto de todo lo necesario para una existencia por lo menos decente, en compañía de un político que sentía especial preocupación por esa parte del país que era el fallecido líder del Partido Revolucionario Dominicano, doctor José Francisco Peña Gómez.

Recuerdo haber caminado las calles de Elías Piña, conjuntamente con otros cientos de personas, Peña acababa de hablar bajo una mata, con un sol abrazador y un calor de los mil infiernos, y tenía por costumbre tomar Miel de Abejas, cuando una joven lo vio con el vaso en la mano caminando, comenzó a pedirle, y el líder le entregó el vaso, al tomar el líquido, solamente atinó a decir, pero esto es miel, pensaba que era alguna bebida alcohólica a la cuál el líder no era adicto.

Por él, y con él, aprendí a amar esas parte del país, bellísima, con unos paisajes y unos atardeceres dignos de ser vistos y cantados por los poetas, con sus noches misteriosas, sus cuentos de hechicería, y todo ese fascinante mundo que subyase entre los que han nacido y vivido entre las distintas formas de religión que tenemos en el país, a pesar de que no queremos admitir que las tenemos las creemos, y mucho más de los que nos podemos imaginar, y de todos los niveles sociales y culturales la practican día a día, aunque renieguen en público como si fuéramos suizos.

Estoy de acuerdo con la periodista, es necesario ir en auxilio del Sur, olvidado hasta por los mismos legisladores que ellos traen a la capital para que los represente, los defienda y  los ayude a salir de sus miserias.

Creo llegado el momento de que el gobierno se deje de comenzar a hablar de modernidad, de parecernos a los Estados Unidos, de los Nueva York chiquitos, mientras en el sur no hay de nada, absolutamente de nada, y no precisamente porque ellos no quieren, sino porque los gobiernos y los partidos, los políticos y legisladores, y todo el que puede, nunca recuerda esa parte de la nación nuestra que ha sido dejada de la mano del hambre, y Dios hace lo que puede pero no siempre lo puede hacer todo solo.

Atentamente,
Germán Martínez

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¿Qué pasa ahí?

Señor director:
Mi nombre es Juany Uribe y soy la hija menor del licenciado Max Uribe a quien sé que usted conoció.

Le escribo en mi nombre y en el de las Juntas de Vecinos de Gazcue para denunciarle la situación en que nos ha sumido la construcción de una estructura –que hoy sábado a las dos de la tarde va por cuarto nivel– en el patio de la casa 254 de la calle Doctor Delgado.

El nacional publicó un reportjae sobre esa situación el pasado miércoles.

En el Ayuntamiento se nos informó que esa casa es propiedad de la Primera Dama y hemos investigado que el ingeniero que la tiene a su cargo se llama Eric de Jesús Michel o Kalil Michel con colegiatura del CODIA 4216, aunque esto no lo hemos podido confirmar aún con el CODIA.

Se trata, la construcción, de una estructura gigantesca, con armazones de acero. En los trabajos han tumbado árboles, han cortado hiedras, trabajan día, noche y madrugada y tienen potentes reflectores que nunca apagan.

Pensamos que se trata de alguien que se escuda en el nombre de la Primera Dama para dañarla con este ultraje a ciudadanos decentes y que solamente viven del trabajo honrado.

Gracias por su ayuda.

Atentamente,
Juany Uribe

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