CARTAS AL DIRECTOR
Trujillo

CARTAS AL DIRECTOR <BR>Trujillo

Señor director:
A cada rato se oye decir que la gente tiene miedo, todavía, de hablar de la larga dictadura de Rafael L. Trujillo. Eso, opino, no es una verdad exacta. Lo que sí es verdad es que cuando se habla de Trujillo, queriéndolo o sin quererlo, se desinforma a la gente.

Por ejemplo, en el último número de «Primicias» se lee que la muerte de Trujillo fue un «secreto de Estado». Eso es muy relativo. Se indica en el seminario citado que cuarentiocho horas después de ajusticiado Trujillo, ni El Caribe ni La Nación había publicado el hecho. Eso es completamente falso. La Nación, en la tarde del 31 de mayo, es decir, unas diecisiete horas después del ajusticiamiento, sacó una edición con el título principal que decía «Trujillo asesinado». El Caribe lo publicó en su edición del primero de junio, es cierto, pero hay que apuntar que ese periódico es matutino y en la mañanita del 31 nada se sabía oficialmente.

Desde que el presidente Joaquín Balaguer anunció la muerte de Trujillo en la tarde del 31 de mayo, alrededor de las 5, cuando Ramfis estaba a punto de llegar, el mundo enteró confirmó la especie. Es verdad que la primera noticia que se divulgó ocurrió en París: tempranito el 31 un cable de AFP, pero es falso que los periódicos dominicanos se basaron en ese cable. Ese cable solo decía «Trujillo was killed», Trujillo asesinado, y se divulgó en París porque allí se encontraba el presidente Kennedy. La Nación del 31, inclusive, vio como recogían los primeros números que editó pues en ellos se hablaba de que Wympys Berry había introducido las armas con las cuales ajusticiaron a Trujillo.

El cadáver de Trujillo sí fue sepultado en la iglesia de San Cristóbal. Toda la familia y sus allegados vieron cuando el cadáver fue sacado de su residencia, cuando se le rindieron honores en el Palacio y cuando lo llevaron a San Cristóbal. Después fue sacado de allí por ordenes de Ramfis Trujillo y llevado a la fragata o yate donde comenzó un largo peregrinar por los acontecimientos nacionales de noviembre de 1961. Ya en aguas internacionales el buque que lo transportaba fue devuelto al país hasta Calderas. Los restos fueron llevados en un camión a Barahona y de allí a San Isidro en avión. A San Isidro vino un avión a buscar los restos y éstos fueron sepultados en París. Después fueron exhumados y llevados a un panteón familiar en Madrid.

A nivel popular se puede aceptar que se ignorara la muerte de Trujillo hasta que Balaguer habló al país, pero ya a esa hora eran miles los dominicanos que sabían que el hombre-fuerte había caído abatido a tiros.

Atentamente le saluda,
Gervasio Uribe S.

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