Hoy 
Señor director:
El año de 1991 estuvo signado por la caída de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Desde entonces, el conjunto de naciones que conformaban la URSS inició una vida independiente, dejando el régimen de Moscú en esos países un legado de control estatal, el cual trajo como consecuencia que la mayoría de las antiguas repúblicas soviéticas se encuentren entre los territorios más corruptos del mundo.
Estados Unidos y la Unión Europea no pasaron por alto esta situación. Los esfuerzos de Occidente en la región se han enfocado en alejarla de la esfera de influencia de Rusia. El trabajo de las naciones occidentales brindó resultados halagadores con el ingreso de Lituania, Letonia y Estonia tanto a la Unión Europea como a la OTAN. Georgia parió a principios de año un régimen comprometido con las libertades públicas. Ahora le tocó el turno a Ucrania.
La victoria en la repetición de la segunda vuelta electoral del candidato de oposición Víktor Yushchenko le brinda a Ucrania la posibilidad de asimilar la institucionalidad del mundo occidental y de romper las ataduras con su pasado soviético. Yushchenko, un economista liberal quien fuera Primer Ministro y Gobernador del Banco Central, pasa a dirigir un país que pese a sus altos niveles de control estatal sobre la economía, es el segundo de mayor crecimiento en toda Europa con una tasa de 9 por ciento del PIB.
El ambiente que precedió el éxito de Yushchenko en las urnas muestra un camino plagado de espinas para el nuevo gobierno. El mayor responsable del crecimiento económico de Ucrania ha sido el sector industrial, el cual representa el 45 por ciento de la economía. Dicho sector está mayormente concentrado en las regiones del este ucraniano, las cuales tienen el ruso como su lengua materna y que han amenazado con crear una república independiente al amparo de Moscú en caso de que su candidato, Víktor Yanukovich, perdiera las elecciones.
La agresiva campaña electoral de Yushchenko y sus seguidores se concentró en desacreditar al gobierno de Kuchma y los sólidos lazos de éste con Putin. El presidente ruso acusó a Occidente de intervencionismo en los asuntos internos de un país independiente como Ucrania y no prometió las mejores relaciones con el nuevo gobierno. Asimismo, Yanukovich planteó en su campaña darle preponderancia al idioma ucraniano sobre el ruso. Esta propuesta le granjeó las simpatías de las regiones del Oeste y del Norte, las cuales son nacionalistas y que desean desvincularse de Moscú en la medida de lo posible.
Pero la política nos enseña que en ocasiones se debe ser pragmático. Aunque Rusia no cuenta con el poderío de los tiempos soviéticos, todavía es un actor importante a nivel mundial, para no decir a nivel regional, gracias al estado avanzado de sus tecnologías militares y a su abundante producción petrolera. Una fractura seria en las relaciones de Kiev y Moscú traería como consecuencia el colapso total de la economía de mayor crecimiento en Europa y un aumento alarmante de los índices de pobreza. El 30 por ciento de la población vive por debajo de la línea de pobreza. Esta cifra es sumamente alta para un país que ha desarrollado industrias estables de carbón, energía eléctrica, hierro, maquinaria y equipos de transporte, químicos, procesamiento de alimentos y además cuenta con abundantes reservas de petróleo y gas natural. Las causas de la pobreza en un país rico las encontramos en un Estado excesivamente centralizado y que concentra demasiados poderes en la figura presidencial, lo cual trae como consecuencia altos niveles de corrupción administrativa. Cualquier parecido con República Dominicana es pura coincidencia.
Si el régimen de Yushchenko logra sanar las relaciones entre Kiev y Moscú, sumado esto al impulso que recibirán en un Parlamento amigable los proyectos de leyes de privatización y desconcentración del excesivo control del Estado sobre las actividades económicas, veremos en los próximos años un país insertado en los esquemas de integración regional y comprometido con el progreso de un sistema de libertades públicas y transparencia institucional. Ucrania está a las puertas de convertirse a largo plazo en el país de mayor éxito económico y político en toda Europa. La prueba ya comenzó. Esperemos los resultados.
