CARTAS AL DIRECTOR
Bien… pero

CARTAS AL DIRECTOR<BR>Bien… pero

Señor director:
Según ha reseñado la prensa nacional, tras una larga reunión con el señor Lidio Cadet, el mismo de que los mal comios no piensan, el Presidente de la República le dijo que había impartido órdenes de que cuando existan vacantes en el tren administrativo las mismas sean llenadas por miembros de el gobernante partido morado. Hasta ahí todo está bien.

Cada cuatro años lamentablemente vemos como infelices dominicanos, madres y padres de familia, no precisamente choferes o chiriperos, son mandados a las calles de puestecitos que no significan nada para el erario, y que lejos de crear supuestas economías lo que hacen es juntar dos o tres o cuatro chequecitos de esos para hacerle uno bien grande a dirigentes medios del partido de gobierno.

Si esto que decimos no es verdad, lo saludable seria que el gobierno publique los salarios anteriores y los que devengan ahora nuevos incumbentes, donde desde ya se viene dando la práctica de hacer designaciones para futuros proyectos de ayudas, como en la Autoridad Portuaria, y como se vienen realizando designaciones con nóminas internas en muchas Secretarías de Estado que tienen las mismas porque son recaudadoras, algo usual en el gobierno de Balaguer cuando supuestamente un Secretario de Estado no ganaba ni para mandar a lavar los dos o tres trajes que tenía que ponerse a diario por sus funciones.

Los que apoyaron al PLD, los que tienen grupos, los que se reunían los martes, y toda una gama de individuos ya están en nóminas internas, sin necesidad de ir a trabajar, en una especie de buen pago en algunos casos, pero en otros groseras dádivas a personas que lo que quieren es trabajar, que pueden hacerlo mejor y están más capacitados que los mismos que ofrecen las posiciones.

Igualmente si no lo sabe el Presidente de la República que lo sepa, existen Secretarías de Estados que son clanes familiares, incluso repitiendo personas que ya en el pasado le hicieron daño no solamente a Leonel, sino al mismo doctor Balaguer, y al Presidente Mejía, que tenía la costumbre de un dejar hacer peligroso, y que tal parece que el actual ejecutivo nacional va por ese camino.

No somos nadie para pedirle nada al doctor Fernández, pero como dominicanos, y como contribuyentes tenemos el derecho y el deber de pedirle que salga del Palacio Nacional, o que en caso de no poder hacerlo, designe una persona para que vea lo que ya está sucediendo en muchas oficinas públicas, y en muchas Secretarías de Estado, ya es una proesa poder comunicarse con algún viejo amigo hoy en el ejercicio del poder pero que anteriormente saludaban y reían con uno cuando solíamos verlos caminando las calles de El Conde, y en otros lugares.

Han sido miles los dominicanos dejados sin trabajo, y han sido miles los nuevo beneficiados de la situación nacida de las elecciones y pasadas, entre ellos los que van a recibir la famosa tarjeta, que como los trescientos y luego quinientos pesos de Hipólito fueron a parar a las manos de perredeístas sin trabajo, o mujeres miembros de comités o de otros inventos políticos.

Que revise los nombramientos, que vea los parentescos, desde primos, hijos, ahijados, tíos, hermanos y hermanas, maridos y esposas de hijas e hijos, y verá que una cosa es la nómina que sale de Finanzas, y otra la interna de muchas dependencias y Secretarías.

Y que si quiere en verdad ahorrar y cumplir con las obligaciones con el Fondo, que quite esas groseras y corruptoras cuentas, que todo se maneje por la vía que corresponde, aunque dure un poco más por la burocracia, pero en definitiva para eso existe el crédito, y así el dinero no va a las manos de familiares y allegados políticos, en una supuesta limpieza de nómina, que no es tal, porque existen dos tipos, la nominal, y la creada con los dineros de cada dependencia recabadora, lo que tiene que hacer el Presidente es investigar, y se va a llevar tremenda sorpresa.

Igualmente si sale a la calle, su va a los supermercados y colmados, nada ha cambiado, y ya se siente la queja en la más absoluta tinieblas de que no es verdad que estábamos mejor con él, y que ya nadie cree, lo dicen las últimas encuestas en el progreso ofrecido, mal comienzo.

Atentamente,
Germán Martínez

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