Señor director:
En la siempre leída columna del respetado amigo Fabio R. Herrera Miniño, del pasado jueves 4 de los corrientes, titulada «El anuncio que se espera de Cultura», el destacado columnista advierte sobre la necesidad de que se busque solución al problema creado con el cierre del Museo Nacional de Historia Natural, que fue clausurado por las pasadas autoridades como consecuencia del surgimiento en ese recinto de bacterias que se consideran dañinas para la salud.

Igualmente, se refiere Fabio Herrera a la situación encontrada por la actual Secretaría de Estado de Cultura con el aire acondicionado del Teatro Nacional, algo que, como muy bien señala el articulista «debe avergonzar al país».

Otra observación que hace el apreciado columnista se refiere a la situación de los jardines de la Plaza de la Cultura y a la necesidad de que se proceda a su limpieza urgente.

Con respecto al Museo de Historia Natural, debo informar que dicha institución no pertenece actualmente a esa Secretaría, pues mediante acuerdo con las pasadas autoridades pasó a ser administrada por la Secretaría de Medioambiente y Recursos Naturales. Aunque tenemos un proyecto para su recuperación, el mismo no ha podido implementarse debido a la situación planteada. Creemos que la Secretaría de Medioambiente tiene planes al respecto, pero en caso de no tenerlos aguardamos para que nuevamente dicha institución pase a nuestros dominios para corresponder con el plan elaborado.

Sobre el aire acondicionado del Teatro Nacional, cuyos pormenores se han hecho públicos, debemos informar que, cansados de procurar que el mismo pudiese funcionar, luego del pago de 8.0 mm. a dos compañías de ingenieros por las pasadas autoridades, y al ver que no era posible conseguir resultados positivos, el Sr. Presidente de la República nos instruyó para que instalásemos un aire totalmente nuevo, el cual está en proceso ya de instalación a fin de que el Teatro Nacional pueda resolver definitivamente ese problema y vuelva a realizar sin inconvenientes sus programación a partir de la primera quincena de diciembre próximo.

De esta manera, la Secretaría de Estado de Cultura resuelve una situación heredada de las pasadas autoridades y pone punto final a un conflicto que no tenía solución, puesto que los «parches» colocados al aire acondicionado por los ingenieros contratados por las anteriores autoridades de Cultura nunca iban a resolver el problema.

Sobre el proceso de hermosear y reordenar los jardines de la Plaza de la Cultura, le hacemos saber al referido columnista y a la opinión pública que estamos cotizando esa acción para realizarla antes de que finalice el año. El hecho de que cerca del 97% del presupuesto de esta cartera fuera consumido en los siete primeros meses de este año, nos ha impedido atender los requerimientos de los 36 organismos que dependen de esta Secretaría frenando de este modo muchas de las acciones que habíamos planificado ejecutar. Empero, estamos haciendo esfuerzos múltiples para ir en atención de situaciones como las planteadas.

Agradecemos a Fabio Herrera su preocupación por la situación de nuestras instalaciones culturales y deseamos que, como él, otras personas de su sensatez y solidaridad con los temas de la cultura, nos manifiesten abiertamente sus preocupaciones y aspiraciones, a fin de mantenernos alertas sobre nuestras responsabilidades y deberes.

Atentamente,

Lic. José Rafael Lantigua
Secretario de Estado de Cultura

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Aumento de salarios

Señor director:
En vista de la extrema pobreza de la mayoría del pueblo dominicano, se hace urgente aumentar los reducidos sueldos de los empleados públicos y privados, pues se están dañando alimentos, frutas, vegetales y otros productos de primera necesidad, por que no hay dinero para comprarlos.

Consideramos prudente que el gobierno apruebe los aumentos de salarios a los servidores públicos y privados, incluyendo los pensionados y jubilados, elevando el sueldo mínimo a RD$4,000.00 y aumentando un 30% hasta RD$20,000.00, porque nadie con sentido común que gane sobre esa cantidad, debe querer sacar provecho a tan delicado problema.

Esos aumentos no satisfacen las legítimas aspiraciones de los servidores precedentemente señalados, pero es un alivio a la desesperación insoportable que padecen aquellos que devengan pequeños salarios, los cuales no alcanzan ni siquiera para cubrir las necesidades más perentorias, debido a la asfixiante inflación.

La situación se torna muy triste cuando no se tiene ni para comer, por lo que esperamos del superior gobierno, dar prioridad al asunto de los aumentos de sueldos, para evitar más sufrimiento; ya que el país desea armonía, paz y tranquilidad,  pero eso no se consigue con los estómagos vacíos ni con un cuerpo policial carente de por lo menos 500 vehículos y 12,000 policías más, para proteger a la ciudadanía.

Atentamente,
Reynaldo Rosario Castro