CARTAS AL DIRECTOR
El PPH

CARTAS AL DIRECTOR<BR>El PPH

Señor director:
Todavía algunos analistas no reconocen la fuerza y la disciplina con la que esta fuerza actúa. Algunos de sus aliados la creen muerta y pretenden ahora utilizarla, sin darse cuenta que serán ellos, al igual que con el tema de la reelección, quienes serán vencidos en sus buenas intenciones. El PPH encarna una ideología incorrecta, una ideología que desdice todo lo que ha pretendido ser el PRD, una ideología que lo supedita todo al poder por el poder.

Las tendencias o grupos en el PRD tuvieron su objetivo y hasta su éxito. Esta fórmula no era la más democrática, pero fue parte de un proceso de evolución. Y debemos destacar que en los años luego del fraccionamiento del partido con la salida de Juan Bosch, el PRD con este mecanismo resultaba ser la organización política más democrática si la comparamos con el caudillismo reinante en sus dos principales rivales, el PLD y el PRSC.

Desaparecido Peña Gómez, el partido se vio volcado de nuevo a la dirección colegiada compuesta por los jefes de grupos. Como parte de este proceso se elige el candidato del partido a las elecciones del año 2000. En ese momento el partido acierta al otorgarles cuotas de representación a las figuras emblemáticas de los demás grupos internos. Con los principales dirigentes del partido al frente de la institución el partido sale airoso de la contienda electoral y conquista el poder.

A partir del ascenso al poder se produce un cambio en la actitud y en el comportamiento de los dirigentes del PPH, quienes al principio de manera esporádica y luego como parte de un plan, pretenden sustituir al PRD. Muchos pensaron que este desbordamiento de ambiciones por parte de la tendencia presidencial era normal y que no incluía ni al Presidente de la República ni a sus principales estrategas, sino que eran manifestaciones normales de los adulones que siempre pululan cerca del poder. El tema de la reelección presidencial desenmascara la real intención del grupo y comienza una guerra entre los de palacio y los hombres y mujeres del partido. El PRD que se convirtió más que en una institución nacional en un sentimiento nacional, se ve azotado por métodos pragmáticos implementados sin ningún rigor histórico. Como era lógico, de manera lenta pero ascendiente los dirigentes más comprometidos con la historia, con la mística del partido se revelan. Con el paso de los meses y con el eficaz instrumento del poder, el PPH va convenciendo, va coartando hasta que solo un grupo representado por el Lic. Hatuey De Camps se les opone. Ellos creen que todo les sale bien. Hasta que llega el duro golpe de las elecciones presidenciales donde los electores les cierran la puerta.

Ahora fuera del poder y debilitados, se amparan en un secuestro institucional patrocinado por una parte del organismo electoral, para pretender encabezar un proceso convencional que los limpie y que los deje actuar. El PRD para su supervivencia necesita entender que debe abrazar el liderazgo de quienes se enfrentaron a los designios continuistas, ya que estos gozan de la credibilidad de la que los otros carecen. Debemos resurgir dirigidos por las caras opuestas a los que el pueblo rechazó en mayo pasado. Si asumimos así nuestra reconstrucción, el PRD no solo sobrevivirá sino que renacerá más fuerte que nunca.

Atentamente,

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