CARTAS AL DIRECTOR
¿La Suprema Corte y el PRD?

CARTAS AL DIRECTOR<BR>¿La Suprema Corte y el PRD?

Señor director:
El conflicto interno que aflige al PRD llegó a la Suprema Corte de Justicia. El Presidente del PRD, licenciado Hatuey De Camps, mediante instancia dirigida a nuestro máximo tribunal ha solicitado que se anule la decisión de la Junta Central Electoral (JCE) que otorga validez a las actuaciones del grupo que dirige el ex-presidente Hipólito Mejía y que han posicionado en la presidencia del partido al licenciado Sánchez Baret.

Pasadas las elecciones en las que fue electo el Dr. Leonel Fernández el PRD pasa a una nueva etapa de su lucha interna. La facción que había controlado el gobierno pierde mucha capacidad de persuación y la facción que había defendido los principios y la institucionalidad de la organización se envalentona ante la certeza de sus predicciones.

En medio de este clima de incertidumbre muchos miembros del PRD son azotados por la pérdida de empleos y por la aceptación mayoritaria que ostenta su principal adversario. Algunos analistas emiten un juicio erróneo al predecir que la situación futura del PRD la definirá una decisión de la Suprema Corte de Justicia. El problema del PRD no es legal es uno de tipo político. Y este problema político tiene sus bases en las deficiencias de la democracia en la República Dominicana y en su falta de institucionalidad. Por esa razón sostenemos la tesis de que no importa la decisión o la no decisión de nuestro tribunal supremo, el problema del PRD será resuelto en la arena de las ideas con los sabios consejos del tiempo. Algunos opositores frenéticos del PRD predicen su extinción o su irrelevancia. Nosotros creemos que quienes así piensan o desean obvian el carácter cultural y sociológico de la militancia de este coloso.

Con sus virtudes y defectos el PRD es uno de los principales forjadores del régimen político en el que vivimos. Somos el partido de la lucha antitrujillista, somos el partido de la institucionalidad militar, somos el partido de lucha contra el continuismo balaguerista, somos el partido de la movilidad social y somos el partido que ha servido de muro de contención para que nuestra clase económica se desarrollara en medio de desigualdades asombrosas. Sin el PRD no hay paz social, no hay sistema de partidos y en definitiva no hay democracia representativa. Los yerros de los últimos años nos sitúan en una difícil situación frente al país, encabezados por un gobierno bien intencionado y que empezó bien, pero que desvirtuó su papel histórico y que se empeñó en busca de un continuismo que negaba toda nuestra  historia. No creo en designar culpables, pues todos contribuimos, algunos más que otros pero en definitiva todos. Hoy estamos frente a un panorama que deberá marcar el renacer de nuestra organización.

Sostengo el parecer que la decisión de la Suprema Corte es irrelevante por dos razones: La primera es que la política es una actividad que se fundamenta en la potabilidad y la aceptación de sus actores. Entre los grupos que pululan a lo interno del PRD hubo uno encabezado por Lic. Hatuey De Camps con el que usted puede o no estar de cuerdo, pero que reflejó coherencia y reflejó desprendimiento. En nuestra incredulidad generalizada frente a los actores políticos este grupo emergió como cumplidor de sus objetivos declarados. La mayoría de los que quieran hacer vida política a lo interno del PRD, sean estas las aspiraciones de un dirigente opositor o sean a cargos electivos, querrán interactuar con la sociedad a través de un medio que ostente respeto y credibilidad. Y esa interacción será más eficiente a través del grupo que se opuso a la reelección.

La segunda razón que prueba la irrelevancia de la decisión judicial es la generación emergente que desea hacer política en el PRD. Esta presiona por intermedio de varios lideratos medios que desean representar una sociedad más abierta y paticipativa que la actual. Para esta cosecha de nuevos liderazgos el tema no es lo sucedido el 16 de mayo del 2004 sino lo que podría suceder en el 2006, 2008, 2010 y 2012. Para esas citas electorales la dirigencia emergente más que el amparo de una decisión judicial necesita la aceptación de sus propuestas por parte de una sociedad cansada del engaño de sus dirigentes. Y para lograr eso necesitan con urgencia que quienes han fracasado de manera estrepitosa se retiren del escenario, por un tiempo, para que a aquellos a los que los acontecimientos les dieron la razón puedan servir de escudos en la batalla por recuperar el sitial histórico del PRD.

A modo de conclusión, el PRD no solo sobrevivirá sino que renacerá reforzado en sus principios y combinando a sus mejores hombres y mujeres del presente y del futuro.

Atentamente,
Eduardo Sanz Lovatón

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