Señor director:
Ahora estamos en el justo momento histórico en donde las bases de los partidos políticos podrán elegir y ser elegidos a cargos electivos mediante la ley de primarias para los partidos políticos de nuestro país. Las primarias serán realizadas, supervisadas y fiscalizadas por la Junta Central Electoral de nuestra nación.

Esta oportuna ley faculta a todo el que tenga aspiraciones a cargos electivos a participar en el proceso de primaria interna de su partido, el cual será ejecutado y supervisado por la JCE. Esto quiere decir, no más «dedocracia», acuerdo de aposento o venta de candidaturas a cargos electivos cuando los procesos electorales se avecinen. Ahora, los candidatos tendrán que codearse «hombro con hombro» con las bases de los partidos políticos para poder ganar en buena lid las candidaturas a cargos electivos con el favor tanto de las bases como del sector donde residan. Además, los altos dirigentes de los partidos políticos no podrán imponer candidatos a cargos electivos que no hayan sido seleccionados por las bases, porque ellas tendrán el derecho por ley para decidir quienes las representen en la boleta electoral.

En este torneo de primaria interna habrá más control sobre la participación de los sufragantes porque el mismo no permitirá que una persona participe o vote más de una vez por los candidatos de su preferencia el día que se celebren. Esto es así porque las primarias serán el mismo día para todos los partidos políticos y serán realizadas, supervisadas y fiscalizadas por la Junta Central Electoral, la cual es una institución autónoma que realizó de una manera diáfana el torneo electoral pasado. También, las primarias pueden prevenir que los partidos políticos sean jueces y partes de este proceso, con lo cual se evitarían las pugnas internas después que el evento culmine, como sucedió con dos importantes partidos políticos en las elecciones presidenciales del 2004.

Todos entendemos que con la implementación de las elecciones primarias, las bases de los partidos políticos vivirán uno de sus mejores momentos en la historia política de nuestro país, ya que se podrá hacer carrera política a base de trabajo, capacidad y carisma y no a base de amiguismo con las altos dirigentes de los partidos políticos. Con esta ley ese mal llamado «dedocracia» queda arrancado de raíz porque todos los aspirantes a cargos electivos sin excepción tendrán que someterse al proceso de primaria interna por sus respectivos partidos para poder obtener las candidaturas deseadas.

La Junta Central Electoral debe hacer una efectiva campaña publicitaria al pueblo dominicano para explicarle en qué consiste la ley de primaria para los partidos políticos. Además, estamos completamente seguros que esta ley pondrá en uso la democracia que tanta falta hace en estos momentos en los partidos políticos y la pondrá a funcionar en todo el sentido de la palabra. También, esta ley es oportuna y adecuada en este momento debido a las crisis internas que viven nuestros partidos de nuestro país. Es tiempo ya que los candidatos a los cargos electivos sean escogidos por democracia pluralista y universal y no por imposición minoritaria de cúpulas partidistas susceptibles de influencias ajenas a los intereses democráticos de las bases.

El electorado se merece que los partidos políticos escojan sus mejores candidatos y eso solo se logra con un proceso de elección diáfano y democrático que solo puede ser garantizado por la ley de primarias para los partidos políticos. Esta ley de primaria vino para quedarse y tenemos que apoyarla si queremos adecentar los procesos electorales y garantizar una verdadera participación ciudadana en la escogencia del destino político de nuestro país.
Atentamente,