Señor director:
Alentados y conformados por un liderazgo inspirado, agudizados y fortalecidos por el conflicto, los valores pueden ser la fuente de un cambio vital.

La pregunta es: ¿A qué nivel de necesidad o en qué etapa de la moralidad operan los líderes para elevar a sus seguidores?

En los niveles de seguridad, los seguidores tienden a adaptarse a las expectativas del grupo y apoyar y justificar el orden social.

En cierta etapa encuentran una orientación de «Ley y Orden» hacia la autoridad, reglas fijas, y el mantenimiento del orden social como fin en sí. En una etapa superior encontramos una relación significativa entre las tendencias hacia la auto-estimación y valores legales positivos.

En la etapa superior del desarrollo moral, las personas son guiadas por principios éticos casi universales de la justicia, tales como la igualdad de los derechos humanos y el respeto a la dignidad individual. Esta etapa brinda la oportunidad de un liderazgo especial y creativo. Los políticos que operan en los niveles inferiores del desarrollo moral y de las necesidades son fáciles de entender.

-En primer lugar es el tipo de liderazgo que opera a niveles de necesidad y de valor que son superiores a los del seguidor.

Este tipo de liderazgo no debe ser ni doctrinario ni indoctrinador, (en el sentido de la predicación). Este llamado o apelación puede ser más poderoso cuando una entidad política tiene que enfrentar algún peligro desde afuera, tal como una invasión, o desde dentro como una perturbación social, una guerra civil o una catástrofe natural.

Si las ineficiencias y la corrupción del liderazgo gubernamental y social van más allá de lo «normal», si las demandas son frustradas constantemente por la incapacidad, lo que fácilmente sea algo humano; si todo esto es agravado por una creciente toma de conciencia y de un «sentido de justicia», entonces las personas pueden sufrir una gran y repentina transformación de sus valores o aquellos valores que estaban dominados pueden convertirse en la base de alguna acción vigorosa.

-En segundo lugar, es el tipo de liderazgo que sabe explotar el conflicto y la tensión dentro de las estructuras de valores de las personas.

Se pueden esperar contradicciones entre valores sustantivos, tales como la libertad y la igualdad, entre valores morales como la honestidad.

Los líderes pueden simplemente ayudar a un seguidor a ver esos tipos de contradicciones, o podrían despertar activamente en ellos algún sentido de descontento al concientizar a sus seguidores sobre las contradicciones o en las incoherencias entre los valores y la conducta.

Las contradicciones como tales causan cambios, sobre la base del auto-reconocimiento. Una influencia externa es necesaria bajo la forma de un líder «un paso arriba», «ni un paso más», en situaciones experimentales en las cuales los sujetos están expuestos a una dirección estricta y a limitaciones -contexto de manipulación, quizás no de liderazgo.

El conocimiento autónomo en general no es suficiente para permitir a las personas escaparse de sus estructuras de valores que las tienen encerradas.

Dadas las condiciones adecuadas de conflictos de valores, los líderes poseen una mayor influencia en los niveles superiores de las jerarquías de necesidades y valores. Pueden apelar a los valores más amplios, que contradicen los más estrechos a la conducta incoherente.

Pueden redefinir las aspiraciones y las gratificaciones. Más importante aún, pueden gratificar las necesidades de tal modo que surjan motivaciones superiores que eleven la conciencia de los hombres y de las mujeres.

Los valores sustanciales, tales como la libertad o la igualdad, pueden competir entre sí, y por más lógicas que pueden parecer las prioridades de valores del líder, podrían no co-existir de manera tan armoniosa.

La fuerza más perturbadora es la política competitiva, es el conflicto entre valores, modales, tales como la caballerosidad y el debido proceso, y los valores finales, como la igualdad.

El potencial de influencia a través del liderazgo suele ser enorme.

La esencia del liderazgo en cualquier entidad política es el reconocimiento de una necesidad real.

La tarea del líder es la concientización en el plano más amplio.

Atentamente,
Atahualpa Soñé