Cartas
¿Colapsa el sistema?

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Señor director:
Hace buen tiempo se viene presagiando la desaparición del sistema de partidos en la República Dominicana. Los analistas entienden que esta situación se viene dando debido a que los tres partidos tradicionales que nos han gobernado desde la desaparición de la dictadura de Rafael L. Trujillo Molina no han dado pie con bola, es decir, no han resuelto un solo problema de los grandes males que afrontan las grandes mayorías nacionales.

Cuando el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) gobernó al país por 22 largos años, gobernó para beneficiar a grupos que operaban alrededor del gobernante de turno, el doctor Joaquín Balaguer. Lo propio ha sucedido cuando han llegado al poder el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Sólo se han beneficiado grupos que operan cercano a Hipólito Mejía y al doctor Leonel Fernández.

La gran mayoría del pueblo dominicano ha venido observando cómo a más de 40 años del ajusticiamiento del tirano Rafael Trujillo, las grandes riquezas nacionales han sido distribuidas en pequeños núcleos gobernantes, mientras los moradores de los campos y barrios pobres de las ciudades y pueblos, padecen grandes penurias.

Ya la gente cree muy poco en las ofertas electorales de nuestros políticos, y menos en el presente, por la forma en que los grandes partidos políticos han desarrollado alianzas electorales en perjuicio de candidatos populares.

El sistema de partidos en la República Dominicana está seriamente amenazado, si observamos lo que está pasando con el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), el que está prácticamente desarticulado, en una gran parte adherida al PRD, y otra buena parte abrazada al gobernante Partido de la Liberación Dominicana.

Si se observa también que el PRD, no obstante haber obtenido más de un millón de votos en las pasadas elecciones nacionales, acusa un alarmante descrecimiento ante la población, al haber variado su método de lucha al del pueblo, para convertirse en un partido aburguesado, que ya no se ve como un instrumento de lucha del pueblo dominicano en procura de sus reivindicaciones, sino un partido que ha sido asaltado por grupos de poder económico que sólo creen en su poder económico, y avasallan las grandes mayorías a lo interno de esa agrupación política.

Lo propio se puede decir del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), organización que nació bajo las orientaciones del profesor Juan Bosch, que como su nombre lo indica, nació con el principio de Liberación Nacional, principio que con su llegada al poder en el año 1996, fue dejado por la borda y, como se afirmó más arriba, a favor de grupos cercanos al presidente Leonel Fernández. Incluso se dice que en los gobiernos del PLD gobiernan dos o tres familias; para comprobar esto sólo hay que buscar los apellidos.

Pero en lo que estos dos grandes partidos (PLD y PRD) han puesto la tapa al pomo, es en la forma como han desarrollado las alianzas electorales con miras a las elecciones congresionales y municipales del 16 de mayo próximo, en la que han roto todos los principios, avasallando con compras de conciencia y descalificando a los candidatos que las demarcaciones nacionales quieren.

A dos meses para las elecciones se observa muy poco entusiasmo en la población dominicana, y el comportamiento de la gente podría definir a qué nuevos rumbos aspira el país.

Atentamente,

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