Señor director:
Al momento de nacer el hombre trae consigo cierta potencialidades que habrá de servir de soporte al desarrollo de los elementos que complementarán su personalidad. Hemos de encontrar la existencia de un sistema perceptual, un sistema de respuestas y un sistema de organización, los cuales suelen mostrar los niños, los que a su vez revelan atributos de importantes características de la personalidad.
El repertorio de respuestas es bastante similar de un niño a otro, pero al irse conformando la madurez se van diferenciando. Es así como se verá más adelante que las personas se convierten en pesimistas y otras en optimistas; algunos en amistosos, otros en tímidos; unos en dominantes, otros serán sumisos, tomando en cuenta de cómo perciban el medio y a sí mismo.
Para poder referirnos al desarrollo humano hay que irse bastante lejos en la extensión descriptiva, pues el desarrollo depende de una serie de factores, con una constante y permanente influencia, aún cuando las personas no se encuentren debidamente organizadas psicológicamente, pese a que se evidencie un progreso en madurez y en plenitud personal.
Algunos aspectos del desarrollo requieren de una explicación más detallada y profunda. No obstante, para lograr poseer una visión clara y descriptiva sobre el desarrollo de la personalidad, es necesario realizar un enfoque general del mismo.
Un enfoque general del desarrollo humano, habrá de permitirnos analizar algunos determinantes del desarrollo, de acuerdo a nuestra concepción del hombre y de la madurez psicológica. Debemos por otro lado que de esta forma podemos organizar el proceso de facilitación y ayuda al joven en desarrollo hacia la verdadera plenitud humana.
El desarrollo habrá de poseer una dependencia de carácter heriditario. La personalidad cuenta con una serie de elementos materiales para iniciar su desarrollo, aunque se entiende que la maduración es un despliegue de esos rasgos potenciales presentes en el individuo. ¿Pero cuáles son esos rasgos?.
Dichos rasgos se encuentran fundamentalmente en la constitución física, el temperamento y la inteligencia. Vale señalar, que éstos no quedan excluidos de los cambios o alteraciones por problemas de enfermedades, de nutrición, salud y aprendizaje.
Los rasgos mencionados se encuentran en el individuo de manera organizada, sin embargo, los límites de éstos se encuentran sujetos por la dotación hereditaria. Nace aquí la necesidad de conocer el potencial heredado y sus posibilidades actualizantes.
Lo importante de conocer el potencial, nos evitaría muchas frustraciones, pues de hecho el individuo entra en conflicto psicológico, cuando el concepto que tiene de sí mismo no se corresponde frente a la realidad, es decir, su concepto de sí mismo no es realístico.
El sujeto se encuentra en conflicto cuando lo que desea ser (yo ideal), no se corresponde con lo que él debería ser (Yo real).
Sin embargo, es importante señalar que el desarrollo humano no es causa exclusiva del potencial heredado. Más que nada podría considerarse que estos elementos constituyen el material bruto, la materia prima que debe elaborarse para de manera paulatina ir logrando extraer una estructura de la personalidad. En dicha estructura desde luego habrá lugar para otros determinantes.
De acuerdo a todo lo antes señalado habrá de surgir el siguiente cuestionamiento: ¿Podría decirse que todo lo que el hombre llega a ser no es más que de la actualización de las potencialidades presentes desde el nacimiento?
Lo más probable fuera así, si por su parte el aprendizaje, el medio ambiente, las oportunidades, la libre auto-dirección, lo cultural, religioso, etc. sólo hicieran la tarea de moldear, estimular y actualizar ese potencial acumulado con el cual cuenta el ser humano al dar inicio a su existencia.
Lo más importante de todo esto nos obliga a sentenciar de modo categórico: El hombre no es libre para dirigir su desarrollo. Inmediatamente hemos de sentenciar que la libertad también le fue dada en potencia.
Cuando elegimos y actuamos, lo hacemos dentro de limitaciones psíquicas, físicas, sociales, en fin con limitaciones. Esto nos conduce a decir o sostener que somos libres, pero dentro de los límites que nos ofrece nuestro cúmulo de potencialidades.
Resulta de gran interés lo antes señalado, porque coloca al desarrollo de manera actualizante ante el potencial hereditario de un individuo en concreto, en particular, según su actuación ante una situación determinada.
Atentamente,